The Balloonman es quizá el episodio más oscuro de Gotham a
la fecha, debido a que la trama se centra en un hombre quien está utilizando
globos meteorológicos para atrapar a sus
víctimas y lanzarlos a la estratósfera, desapareciendo a la vez el cadáver y el
arma homicida, es bastante ingenioso y los periódicos lo empiezan a llamar el
globero. Luego resulta que todas las víctimas del globero han sido criminales
impunes: un estafador, un policía corrupto, etc.
Encontré más entretenido el misterio de esta semana que el
de la semana pasada, pero también me gustó que pudiéramos pasar más tiempo con
Gordon y Bullock. Mientras que Gordon piensa que nadie debe hacer justicia por
su propia mano, Bullock no estaba molesto con que alguien estuviera matanto
gente mala (hasta que una de las víctimas fue un policía). Esto dio puerta a
varios buenos momentos donde los personajes discutían la necesidad de
vigilantes, especialmente en una ciudad tan corrupta como Gotham, donde las
instituciones y autoridades han perdido toda credibilidad, y la gente termina
por aplaudirle a quien es en esencia un asesino.
También pudimos ver más de la relación entre Bruce y Alfred,
Bruce sigue con su entrenamiento, inclusive vemos que empieza a desarrollar sus
aptitudes de detective, mientras que Alfred esta vez se mostró más empático con
Bruce, menos seco y duro que en los episodios pasados, ayudando a Bruce en el
momento difícil que está pasando.
Pudimos echar un breve vistazo al pasado de
Bárbara quien parece haber tenido una relación sentimental con Renee Montoya, miembro
de la Unidad de Crímenes Mayores, el piloto había insinuado que alguna vez hubo
algo entre las dos y aquí parece haber sido confirmado. Montoya está tras la
pista de Gordon por el supuesto asesinato de Cobblepot (ex informante de
Montoya). Los detectives de la Unidad de Crímenes Mayores hasta ahorita son
bastante enfadosos, no aportando nada a la trama más que ser los policías “honestos”
de Gotham, pero no son agradables, falta ver en episodios futuros como se
desarrollan.
Por su parte, Cobblepot regresó a la ciudad para iniciar su
ascenso en la mafia de Gotham, y cada vez se vuelve más despiadado, cuando
requiere un tipo especial de zapatos para un trabajo como mesero en un
restaurante italiano, no ve más remedio que matar (posiblemente) a uno de los
trabajadores del restaurante para quedarse con sus zapatos. Y resulta que el
restaurante para el que está trabajando le pertenece a Maroni, otro de los
peces gordos de la mafia y uno de los principales enemigos de Fishmooney en la
batalla por las calles de Gotham, Cobblepot prece haber encontrado oportunidad
dorada, habrá que ver como la aprovecha.
En fin, con un villano más interesante el episodio de anoche tuvo varios momentos de
reflexión, debido al tema de los vigilantes que le dieron más profundidad que
los episodios anteriores, Gotham parece estar encontrando su propio ritmo, y
los episodios hasta la fecha han sido bastante buenos, pero la grandeza todavía
se le escapa.
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