Antes que cualquier otra cosa quiero dejar
algo muy en claro, sólo porque una película te haya hecho llorar no la vuelve
una buena película, el producir lágrimas no es tan difícil, el producir un
verdadero sentimiento de tristeza en alguien, emociones genuinas, esa es la parte complicada. Bueno,
una vez establecido lo anterior, comencemos.
Little Boy narra la historia de un pequeño en el pueblo ficticio de
O´Hare en los Estados Unidos en plena Segund Guerra Mundial, O’Hare es el
típico pueble del sur de Estados Unidos, “Como en las postales” nos advierte el
narrador, parece estar en un perpetuo atardecer, da al mar y un faro de luz se
divisa a la distancia. Pepper es un niño muy pequeño para su edad por lo que
los demás niños lo molestan, su único amigo como nos explica, es su padre,
hacen todo juntos, Pepper imagina sus juegos como grandes hazañas de las que se
ven en las películas, es fan de unos cómics y películas que involucran a un
mago llamado Ben Eagle, una especie
de mezcla del Llanero Solitario con el Avispón Verde, su hermano mayor se la
pasa ejercitándose para alistarse en el ejército e ir a matar unos cuantos Japs (como los personajes se referirán a
los japoneses por el resto de la película). La trama realmente inicia cuando
London (el hermano mayor de Pepper) es clasificado 4F, por lo cual no puede ir
a la guerra, yendo su papá en su lugar.
Pepper está desconsolado, hasta
que un día va a un programa en vivo de Ben
Eagle quien lo invita a ser parte de uno de sus trucos donde tiene que
mover una botella sólo deseándolo, al ver que esto funciona Pepper cree que en
realidad si desea todo con su corazón y extiende sus manos hacia el objeto
deseado lo obtendrá. Por supuesto, el tema principal de la película, dirigida
por Alejandro Monteverde (Bella, 2006),
es el de la fe. Al principio la película hace un buen trabajo ya que para que
su padre vuelva, el Padre Oliver (Tom Wilkinson) le da una lista de buenas
acciones para Pepper, si las hace, su padre volverá de la Guerra (si es la
voluntad de Dios), uno de los puntos de la lista consiste en volverse amigo del
Japonés del pueblo a quien todos odian, el Sr. Hashimoto. A Pepper no le agrada
para nada la idea, pero lo hace, porque significa volver a ver a su padre. Aquí
es donde la película se muestra más sólida y más disfrutable, Monteverde no
fuerza el desarrollo de la amistad entre ambos, sino que le da el tiempo para
que el lazo que se forma entre ambos se sienta natural y honesto, lo cual es
bueno porque su relación es prácticamente el corazón de la película.
La introducción de Hashimoto también
ayuda a mantener un poco equilibrada la balanza, ya que nos muestra (aunque a
cuentagotas) el lado del “enemigo” en la Guerra, y también ayuda a mantener el
tema de la fe equilibrado, ya que Hashimoto no comparte las creencias del padre
Oliver, cree en la fe en uno mismo y ve el peligro que puede haber en darle a
alguien falsas esperanzas. También, el tono al inicio de la película es
agradable ya que recuerda a películas como Big
Fish de Tim Burton donde lo fantástico convive con lo real. Sin embargo, la
película pierde abismalmente su rumbo al final del segundo acto y sobretodo en
su conclusión, ya que Monteverde y compañía toman una serie de decisiones
extrañas que rompen con el tono de la película, en especial el incidente de la
montaña, el cual pudo ser explotado de formas más interesantes. Voy a elaborar
sobre mis problemas con el segundo acto, ya que la película paree haber
establecido un tono fijo y luego lo cambia, abre demasiadas narrativas las
cuales no todas son concluidas de manera satisfactoria ni aportan nada a la
trama ni a los personajes, (el personaje de Kevin James puede ser cortado en su
totalidad y la trama no lo resentiría).
También las actuaciones son
impares, Tom Wilkinson hace un buen trabajo como el Padre Oliver, mientras que
Cary-Hiroyuki Tagawa hace un buen trabajo como el Sr. Hashimoto. Por su parte,
el debutante Jakob Salvati hace un buen trabajo como el titular Little Boy, aunque en algunos momentos
su actuación es débil y poco sincera. Sin embargo, es David Henrie como London
Busbee quien hace un trabajo deplorable como el hermano de Pepper, solo tiene
una expresión facial, se siente acartonado y no demuestra mucho rango, además
arruina (con ayuda de una mala elección de la utilería, digo, no soy ningún
experto en armas, pero estoy bastante seguro que ese tipo de escopetas no
existían en aquella época) una escena crucial que debería generar tensión, pero
no lo logra. Emily Watson, por su parte, hace un trabajo sólido como la mamá de
los Busbee, pero su papel tristemente se ve reducido a llorar en un rincón,
mientras la música dramática toca en el fondo.
La edición también deja mucho que
desear ya que las transiciones de una escena a otra en muchos casos no tienen
sentido, generando un poco de confusión, personajes saltan de un lugar a otro o
de situaciones prácticamente similares sin coherencia alguna. Por momentos
pareciera que Monteverde y su editor tenían mucho material que no querían dejar
fuera y lo metieron con calzador, a veces menos es más.
Little Boy es una película que padece de personalidad múltiple, por
momentos se siente como dos películas completamente diferentes. Por extraño que
parezca, Monteverde y compañía no logran unir de manera satisfactoria la
historia de Pepper con el Sr. Hashimoto, con la historia de Pepper deseando que
su padre regrese. Y rumbo al final hay una especie de revelación la cual de
inicio es francamente ofensiva, no voy a revelar que es ya que es parte crucial
del final, pero se tilda de positivo algo que fue evidentemente negativo,
claro, después la película intenta retractarse, pero para ese instante ya me
había perdido. Y en el último acto la película, cual película de Marvel, teme tener
consecuencias verdaderas, lo cual le resta impacto a su desenlace y al mismo
mensaje que pretende compartir. También hay muchas subtramas que llevan a ningún
lado, y algunas que ni siquiera son exploradas, como el evidente alcoholismo
del hermano de Pepper, o toda la trama que involucra al personaje de Kevin
James, lo cual hace que la película pierda su enfoque y el ritmo decline.
Además la película se aprovecha
demasiado del carisma de Pepper, hay escenas en las que la producción espera
que se sostengan enteramente con el factor de que el niño es tierno,
generalmente lo toman desde ángulos altos para que se vea más pequeño, lo cual
se siente como un truco barato, como un atajo, en lugar de formar emociones
verdaderas, es una lástima.
Hay escenas bien construidas, la dirección
de Monteverde es sólida, las escenas de Ben
Eagle están muy bien ejecutadas, tienen verdadero encanto, así como algunas
de las que involucran a Hashimoto y Pepper, por lo que en realidad deseara que
Monteverde no tuviera tanto que decir o que supiera como expresarlo,
ejecutándolo de una manera efectiva, en el cine no siempre es necesario decir
lo que tienes que decir.
En conclusión, aunque bien
intencionada Litle Boy se mete el pie
a sí misma a partir de su segundo acto, donde pierde el enfoque de lo que
quiere decir y terminando con un mensaje francamente no tan bueno como la
película pretende que es, con una revelación que en su momento es francamente
ofensiva y un desenlace que toma el camino fácil. Sin embargo la dirección de
Monteverde es suficientemente sólida, hay destellos de un director capaz y un
buen contador de historias como para mantener la esperanza de que algún día no
tome la ruta fácil y entregue una película de gran calidad, desafortunadamente, no es esta.
Título original: Little Boy.
Dirección: Alejandro Monteverde.
Guión: Alejandro Monteverde, Pepe Portillo.
Elenco: Emily Watson, Tom Wilkinson, Jakob Salvati, Cary-Hiroyuki Tagawa.
Año: 2015.
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