miércoles, 18 de febrero de 2015

BAJO EL REFLECTOR: BETTER CALL SAUL



Después de ver los primeros tres episodios del spinoff de Breaking Bad, y para todos aquellos que tenían dudas, los primeros cinco minutos son razón suficiente para disiparlas, Better Call Saul mantiene el mismo estilo y la misma calidad, tanto en la dirección como en el guion.

En la serie podemos presenciar a Saul, antes de ser Saul, se llama Jimmy McGill, y de momento, sus orígenes son tan interesantes como los de Walter White/Heisenberg. Jimmy es una persona normal que sólo está tratando de ganarse la vida, genuinamente quiere hacer el bien, y lucha día con día con la monotonía de su vida, y francamente, la falta de éxito, pero logra mantenerse a flote, y nunca pierde el sentido del humor. Bob Odenkirk está de vuelta y mejor que nunca, se ve que conoce a la perfección al personaje y nos deja ver más facetas de Saul.

La dirección es sobresaliente, y el guion es inteligente, en especial en el segundo episodio “Mijo”, el cual contiene varios diálogos retóricos, intensos e interesantes. Y la intro es francamente mejor que la de Breaking Bad, es simple, estilizado y tiene mucha actitud.

Claro, falta ver cómo se resuelve todo, de momento, Better Call Saul es un gran estudio de sus personajes, sólidamente dirigido y muy bien escrito, mantiene las mejores cualidades de Breaking Bad, mientras va poco a poco formando su propia identidad.

De momento, pueden ver Better Call Saul todos los martes por Netflix.

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