miércoles, 14 de septiembre de 2016

JASON BOURNE -RESEÑA-


Ha pasado más de una década desde que se estrenó la primer película de la franquicia de Bourne, en aquel tiempo el género de espías estaba feneciendo, Bond mostraba señas de fatiga, y el género parecía no ir a ningún lado, por lo que cuando The Boune Identity se estrenó revitalizó el género, naciendo una nueva franquicia más realista, menos estilizada.

Ahora, nos llega la cuarta entrega (o quinta si se toma en cuenta The Bourne Legacy) y la franquicia está dando señas de fatiga, en esta nueva entrega Bourne (Matt Damon) parece estar en una especie de expiación de sus pecados, lucha en peleas de boxeo de nudillos, donde dejan que lo golpeen, parece querer pagar por su pasado como asesino.

Mientras tanto, la CIA es hackeada por Nicky Parsons (Julia Stiles) quien descubre algo sobre el pasado de Bourne. Derivado de este hackeo, el director de la CIA Robert Dewey (Tommy Lee Jones) pone en marcha un operativo para detener a Parsons, con la ayuda de la joven pero enigmática Heather Lee (Alicia Vikander).

El principal problema de Jason Bourne es lo similar que es a todas las anteriores entregas, a pesar de que Bourne ya conoce su identidad hay un nuevo secreto de su pasado que debe descubrir, un nuevo asesino a sueldo, una persecución en motocicleta, una persecución final a coche, una nueva organización secreta de la CIA, todos estos elementos han sido la fórmula de la franquicia de Bourne desde The Bourne Supremacy y se sienten cansados, se ve claramente que el arco del personaje de Bourne había concluido y aquí le dan vida artificial, se siente forzado el regreso de Jason Bourne a las salas de cine.

El inicio también es bastante malo, compuesto por una interminable serie de flashbacks que sirven como una especie de recapitulación de las últimas películas, para que las nuevas audiencias no se confundan y estén al tanto de la trama, pero está tan pobremente ejecutado que es fastidioso.

La película también involucra una subtrama sobre la privacidad en un mundo digital interconectado, principalmente para resonar con la chaviza y mantener a la franquicia actualizado, sin embargo, esto sólo vuelve más larga y cansada a la trama principal y no aporta nada nuevo al debate de la información privada en manos del gobierno.

Las actuaciones en general son buenas, Matt Damon cumple como un Bourne más viejo, Tommy Lee Jones aporta su gravitas natural a un personaje desechable, y Alicia Vikander es una buena adición al elenco, parece el tipo de persona que tendría el control en cualquier lugar en el que se encuentre, aunque a veces parece estar imitando la voz de Jennifer Lawrence. Por su parte Vincent Cassel está completamente desperdiciado como el nuevo villano, Cassel a construido un catálogo impresionante de personajes complejos y aquí su personaje es unidimensional y completamente olvidable.

La dirección de Paul Greengrass (quien ha dirigido tres de las cinco películas de la franquicia) es igual de caótica que de costumbre con la mayoría de las tomas hechas con cámara en mano, para darle ese sentimiento de documental que tanto le gusta, las virtudes y deficiencias de este formato permanecen iguales que en las anteriores entregas, aunque su edición se ha vuelto más certera. Las secuencias de acción son estándares del género, pero se destaca la persecución en Atenas, que es una de las mejores secuencias de acción de la saga Bourne.

En conclusión, el regreso de Jason Bourne a las salas de cine es menos que estelar, esta nueva entrega no aporta nada a la franquicia y si el estudio pretende continuar haciendo películas de Bourne (como la secuencia final claramente indica) deberá considerar seriamente si pueden ofrecer algo nuevo o si va a ser más de lo mismo, de momento Jason Bourne es la peor entrega en una franquicia bastante sólida.

Título original: Jason Bourne
Dirección: Paul Greengras.
Guión: Paul Greengrass, Christopher Rouse.
Elenco: Matt Damon, Tommy Lee Jones, Alicia Vikander, Julia Stiles, Vincent Cassel.
Año: 2016

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