martes, 14 de febrero de 2017

LUZ DE LUNA -RESEÑA-


Luz de Luna se centra en tres partes de la vida de Chiron, un afroamericano que vive en uno de los barrios pobres de Miami, su madre es adicta a la heroína, de su padre no se sabe nada, y no está seguro sobre su propia sexualidad.

La película de Barry Jenkins es un fuerte drama de exploración y crecimiento, mientras muchos directores toman atajos y usan manipulación para generar respuestas emocionales en la audiencia Jenkins hace todo lo contrario, se encarga de que cada emoción se sienta genuina, y cuando estamos acomodándonos a la situación de Chiron cambia de época. Aunque esto es admirable, también es de mis principales problemas con Luz de Luna, Jenkins mantiene información deliberadamente fuera de la película, y como menciono, aunque admirable, por momentos es frustrante, debido a la cantidad de información que se pierde en los cortes.

Son tres personas las que tienen el mayor impacto en la vida de Chiron, está su madre, brillantemente interpretada por Naomi Harris, además tenemos a Juan, interpretado por  Mahershala Ali quien  sobresale en los breves momentos que tiene en pantalla, aunque es una figura paterna para Chiron y se preocupa genuinamente por el joven, es el narcotraficante que le vende las drogas a la mamá de Chiron, creando una dinámica interesante entre estos tres personajes, Ali le añade una fragilidad interna a Juan, aunque es un gánster se puede ver en sus ojos una vulnerabilidad, constantemente repasa su lengua por sus labios, es una de las pocas relaciones positivas en la vida del pequeño Chiron, y una de las más importantes. Finalmente, está Kevin, el único amigo de Chiron, y quizá el único que entiende quien es realmente.

El azul juega un papel predominante a lo largo de la película, ya sea en la mochila de Chiron, en los pasillos de su escuela, en la camisa de un viejo amigo, también es el color que tienen la mayoría de las cosas a la luz de la luna. Aunado a esto, el fondo siempre casi siempre está borroso, como para simbolizar que los personajes ignoran sus alrededores, no tienen una visión más allá del aquí y el ahora. Es gracias a estos pequeños detalles que la dirección de Jenkins destaca, al igual que Cuarón y González Iñárritu, deja que las escenas corran sin cortes rápidos, normalmente coloca a sus personajes de espaldas, en el centro del cuadro. 

Luz de Luna es un drama denso y pesado, una historia triste que se vuelve aún más triste por lo inevitable que parece, la historia de un hombre empujado a la peor versión de su vida por el lugar en donde creció, y su entorno social, una persona que no puede aceptarse como es. Pero entre la tristeza y la melancolía de la vida de Chiron, Jenkins logra capturar pequeños instantes de belleza poética, como cuando Juan le enseña a nadar, la cámara a penas está por encima del agua, pero nunca se hunde por completo, a duras penas manteniéndose a flote.

En conclusión Luz de Luna es película fuerte y profundamente triste, pero que se queda con el espectador, aunque a veces puede ser frustrante por la cantidad de información que Jenkins deliberadamente no nos muestra, pero tiene un par de grandes actuaciones, y por momentos logra escenas de belleza poética.

Barry Jenkins se une a una nueva generación de jóvenes y talentosos directores, como Damien Chazelle, Ryan Johnson, Duncan Jones, y Ryan Coogler, que escriben su propio material, o se han sabido adaptar a grandes franquicias, pero con puntos de vista únicos, y que sin lugar a dudas van a seguir dando de que hablar en años por venir.

Y como siempre, si les gusta lo que leen, no olviden suscribirse al blog, darle like a la página de Facebook (Aquí), y también pueden seguirme por twitter en @Isaíaslemus.

No hay comentarios:

Publicar un comentario