¡Inicia la revolución!, pero muy… muy… despacio.
La esperadísima primera parte del final de la saga de los Juegos del Hambre ha llegado, inicia justo dónde
terminó la anterior con Katniss recuperándose en el distrito 13, la rebelión está
por empezar, el presidente Snow se ve debilitado, la gente a lo largo de todos los
distritos está agitada, el descontento social incrementa sin control, la revolución está en el aire.
La presidente Coin (Julianne Moore),
con ayuda de Heavensbee (el difunto Phillip Seymour Hoffman), buscan que más
gente se una a la rebelión y ven en Katniss un símbolo que pueda inspirar a la
gente para lograrlo.
Antes de pasar a los aspectos
negativos de la película, empecemos con los positivos: la película hace un gran
trabajo en demostrar el poder de los medios de comunicación y las celebridades,
las guerras no sólo se libran en el campo de batalla, sino también, a través de
su propaganda, de esta forma, las cámaras se vuelven armas, y sus celebridades
su munición. En este caso, las celebridades son Katniss (por parte de los
rebeldes) y Peeta (por parte del capitolio). Estos aspectos mediáticos son
interesantes y es un buen ángulo por el cual observar el desarrollo de la rebelión.
Las actuaciones son sólidas,
Jennifer Lawrence sigue cumpliendo como Katniss Everdeen, y el resto del elenco
es igualmente talentoso, y es algo triste, pero especial, poder ver a Phillip
Seymour Hoffman en uno de sus últimos papeles. Julianne Moore es una buena adición como la presidente Coin, líder del distrito 13, se conduce con elegancia, y habla con una voz tranquila y calmada, dotando a su personaje con un aire de justicia, y fortaleza, el opuesto del presidente Snow.
También hay una muy buena escena que
toma lugar en una presa, y la visita de Katniss al ahora destruido distrito 12
está muy bien hecha, mostrando los horrores que es capaz de cometer el
presidente Snow, haciendo que la amenaza se sienta más fuerte, y la necesidad
de una revolución más apremiante.
También, al principio fui
gratamente sorprendido porque la película se estaba tomando su tiempo para
iniciar, no tiene prisa por llegar a las escenas de acción, y pasamos un buen
momento conociendo más a fondo a los personajes, y como los afecta la situación
en la que se encuentran, pero desafortunadamente llega un momento donde nada
está pasando, deja de haber desarrollo de personajes, no hay tensión, no hay
suspenso, y no hay diálogos interesantes, la revolución nunca llega,
tristemente reservada para la segunda parte, en un intento por sacarle más
dinero a la franquicia. También es frustrante que no tenga un tercer acto, no
tiene clímax, y el final es francamente decepcionante, estaba esperando a que
la película siguiera, tenía que haber algo más, algo que justificara el tiempo
que pasé sentado en la sala de cine, y el boleto que pagué, pero no, los
créditos finales ya habían empezado.
Otro grave error, es que le hace falta la
atmósfera de amenaza constante y depresión perpetua que hicieron que En Llamas fuera tan disfrutables y que
lograron diferenciarla del resto de películas basadas en libros Y.A. (para adultos
jóvenes por sus iniciales en inglés). Es una película que con sólo dos horas de
duración se siente increíblemente lenta y cansada, nada interesante sucede.
Todos los elementos están ahí, el
cast, el director y un subtexto político interesante, desafortunadamente la decisión
de dividir la historia en dos ha matado a esta primera parte, es una película
incompleta, con un final decepcionante, pero sobre todo, sumamente aburrida.
** DOS ESTRELLAS
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