domingo, 25 de diciembre de 2016

UN RELATO DE NAVIDAD


UN RELATO DE NAVIDAD
POR ISAÍAS LEMUS ALDANA

Un dolor de cabeza lo acompañaba ahora que despertaba, se había vuelto ya la costumbre de cada mañana, su cabeza zumbaba como una orquesta, la melodía de todas sus mañanas. Un dolor en su garganta, había una corriente de aire en su cuarto, una grieta en una de las ventanas por la cual se escurría el frío invernal de la madrugada que ahora le afligía. Su cuerpo demandaba un vaso de agua que alivio le traería. Recorrió con un pesado caminar el piso del departamento, cubierto de basura, restos de comida rápida, porros y demás. Varios cambios de ropa adornaban el único sillón que tenían. La mesa de la sala todavía tenía restos de mota, y una pipa usada.
Llegó a la cocina, del piso agarró un garrafón, lo levantó con fuerza, pero para su sorpresa el garrafón no puso resistencia, estaba casi vacío, solo le alcanzaba para un trago. Mierda pensó. Con desesperación llevó el garrafón a sus labios, el escaso trago alivió momentariamente su dolor, sólo para volver a los pocos instantes.
Se dirigió al otro cuarto, la puerta estaba abierta, ingresó, no había nadie en la cama, se dirigió hacia la ventana, Mario se había caído de nuevo de su cama, estaba en el piso, boca abajo, parecía sin vida, con un pie le movió la espalda. “Güey, levántate…” seguía moviéndolo con el pie “Cabrón… levántate…”

Mario entre abrió un ojo, pasó saliva para poder hablar, “Qué pasa güey”, dijo entre amodorrado y crudo “Ya no tenemos agua cabrón, y se nos va a acabar la comida, tenemos que ir al súper.” Le dijo Alameda resignado, tampoco era su intención salir ese día.

Cuando Mario salió de su cuarto, Alameda ya estaba sentado en la sala viendo la única tele que tenían, una pantalla de plasma de 42”, hace algunos años había sido la sensación, pero ahora solo era un viejo espejo negro lleno de polvo que ocasionalmente veían, especialmente cuando se drogaban. La tele reposaba sobre un mueble de madera, y un par de revistas viejas que la calzaban, dentro de ese mueble había varias películas en bluray piratas, cortesía de su viejo amigo del tianguis entre Hidalgo y Coatzalco. Mario y Alameda vivían en un viejo y pequeño departamento ubicado en la delegación General Iglesias en la Ciudad de México, su pequeña vivienda contaba con dos cuartos, una sala y una cocineta que también funcionaba como comedor. Tenían las ventanas cubiertas con viejos pedazos de periódico, a través de los cuales entraba la luz tenue del mediodía, las paredes estaban rayadas y nadie había pasado una escoba sobre ese piso en un par de años. Era habitual que las cucarachas transitaran sobre las cajas de pizza que se amontonaban en la esquina de la cocineta, cerca del lavabo y hasta hace poco una rata ya había empezado a visitarlos cada tres días. 

Alameda era un joven que había iniciado la Licenciatura en Contabilidad en la prestigiosa Universidad Benemérita de Occidente, de donde había egresado su padre, un prestigioso contador público que había dejado una carrera de casi tres décadas en Price Waterhouse Cooper para abrir su propio despacho, con un éxito rotundo. A pesar de esto, Alameda no quería seguir los pasos de su padre, tenía facilidad para los números y una mente ágil, pero cada vez que veía una hoja de cálculo sentía que moría por dentro, y a las reuniones de contadores que atendía no podía estar más aburrido, su verdadero llamado era la pintura, desde pequeño había demostrado una predisposición natural hacia todo lo relacionado con esta forma de arte, había tomado un curso en la primaria le gustó tanto que convenció a su padre de que lo metiera a clases particulares, tenía un buen ojo para los colores, y diferentes estilos, sus trazos eran certeros, lo que lo convertía en un excelente imitador, pero cuando tuvo que dar el salto para ya empezar a hacer trabajos originales no tuvo mucho éxito, se bloqueaba y el lienzo permanecía en blanco por horas, muchos de los trazos iniciales que hacía los tachaba y repasaba hasta descartarlos por completo. Cursó la preparatoria en un antiguo colegio jesuita, a su padre no podría importarle menos la religión, ni el arte, toda su vida la había dedicado a los números, por lo que era lo único que atendía, sin embargo su madre era una católica devota, cada día rezaba un rosario a la hora de levantarse, y se había asegurado que sus hijos recibieran una educación adecuadamente católica, todos los domingos iban a misa, y seguían todas las festividades al pie de la letra, su madre falleció un 15 de Abril después de años de lucha contra un terrible cáncer de estómago. La muerte de su madre había afectado a todos, pero especialmente a Alameda, debido a esto dejó las clases de pintura, hasta que entró a la Universidad, donde gracias a un curso de estudio de arte redescubrió su amor por la pintura. Decidió abandonar la Universidad para convertirse en un pintor profesional, terminó por mudarse a la Ciudad de México con un amigo músico que había conocido en un bar y que compartía su forma de ver el mundo. Su amigo, Mario Sánchez, tenía la ambición de estudiar la carrera de filosofía y letras en la UNAM, había conocido a Alameda en el Chacal Azul, una mezcalería que estaba cerca de la Universidad Benemérita de Occidente, donde juntos planearon su viaje a la Ciudad de México. Mario tenía a un viejo amigo de su infancia en la Ciudad de México, quien era el hijo de un Diputado Federal, y le podía ayudar a conseguir un departamento, se dividirían los gastos entre los tres, Mario y Alameda podrían perseguir sus sueños artísticos, mientras que Héctor (el amigo del hijo diputado de Mario) podía usar el departamento para llevarse a sus múltiples novias y hacer lo que no podía hacer en su casa. Así, Alameda y Mario emprendieron su viaje hacia la Ciudad Capitalina, con sus sueños brillando en sus ojos.

Alameda y Mario fueron al Oxxo más cercano, los dos estaban crudos y amodorrados, la garganta de Alameda le punzaba de vez en cuando como si demandara un sacrificio de agua.
El cielo estaba nublado, y el frío se hacía presente, había entrado un frente frío, el viento soplaba con fuerza, una inmensa nube negra amenazaba con romper en tormenta en cualquier instante.
Muchos locales estaban cerrados, y no había casi gente en las calles. La basura era su única compañía, y el ocasional carro que pasaba zumbando.
Entraron al Oxxo, compraron dos garrafones de agua, unas papas, un six y un encendedor. Cuando llegaron a la caja vieron que había unos gorros de Santa Claus en venta, “Disculpe Señorita, ¿Qué día es hoy?” preguntó Alameda con un tono inocente, casi infantil. “24 de Diciembre joven.” Respondió la cajera en un tono serio, pero formal. La noticia le cayó a Alameda como un balde de agua frío, No mames, pensó para sí, desde muy pequeño había tenido una afinidad por la Navidad, en un instante se transportó a su infancia, tenían un calendario de Santa Claus, iba del primero al veinticuatro de diciembre, con un caramelo que recorrías por cada día, Alameda solía pasar días enteros viendo ese calendario esperando que ya llegara la Nochebuena, pero el tiempo era cruel y se movía con la lentitud de las placas tectónicas, pero ahora, ni si quiera se había dado cuenta que en unas horas sería Nochebuena, pensó en su familia, sabía que a su papá no le importaba, ¿Qué estarían haciendo sus hermanos ahora? Pensó en ese calendario de Santa Claus, lleno de polvo y descolorido, arrumbado en una caja en el cuarto de herramientas, junto con miles de cajas de más.

Mario metió la llave para entrar al departamento, pero se dio cuenta que no estaba cerrado con seguro, “No me digas que no cerramos cabrón.” Dijo Mario tanto para sí como para Alameda. “Según yo sí güey.” Respondió Alameda. Entraron, pensando que los habían robado, francamente se veían ridículos, Alameda estaba prácticamente en pijama y portaba un gorro de Santa Claus que había comprado en el Oxxo, mientras que Mario vestía un saco azul que no había lavado en más de un año, lleno de manchas de comida y con varias enmendaduras pendientes. Esperaban encontrarse con un grupo de ladrones, ya habían escuchado rumores de un ladrón o ladrones que estaban merodeando por esa zona, Alameda agarró un plato para usarlo como arma, pero no eran ladrones los que estaban ahí adentro, eran Héctor y un par de sus amigos. “¡Qué pedo cabrones!” los recibió Héctor alegremente, poniéndose de pie, para darles un abrazo a cada uno. “¿Qué pedo con el plato güey? ¿Te vas a hacer unas enchiladas o qué?” Héctor era el hijo de un Diputado Federal, su papá Don Héctor Cruz venía de un pequeño pueblo a las afueras de Chiapas, había forjado una impresionante carrera política, todo por su cuenta, no venía de ninguna familia política ni rica, se había hecho camino gracias a una determinación de acero, y mucho trabajo, se había mudado junto con su esposa y el pequeño Héctor a la Ciudad de México hace ya mucho tiempo. Alameda admiraba a Don Héctor, pero no tanto a su hijo, Héctor junior a los ojos de Alameda era un simple mirrey más, tenía una voz grave, y un acento fresa marcadísimo, normalmente salía en las portadas de las revistas de personas importantes abrazando a su novia o con alguno de sus perros, y era conocido frente a la sociedad capitalina como gente bien. Para Alameda sin embargo, era un hipócrita, venía al departamento dos o tres veces a la semana con una o varias chicas para ponerle el cuerno a su novia, era cocainómano a punto de pasar a la heroína, Mario se había vuelto su dealer no oficial. Aunque muchas de estas cosas Alameda también las hacía, lo que le molestaba era su falta de honestidad, que se parara el cuello frente a la sociedad como el ejemplo de la pareja ideal cuando tenía cientos de amantes, o que denunciara el consumo de las drogas cuando en realidad se metía coca todas las mañanas, se podía ver la falsedad en sus ojos, era como un cascaron vacío, su simple presencia disgustaba a Alameda. Héctor venía con dos amigos más, bien vestidos, perfumados, con buen porte, Héctor hacía esto de vez en cuando, traía a un grupo de amigos buscando experimentar y "vivir un poco", todos hijos de papi, universitarios, muchos de ellos ya comprometidos, probablemente irían a misa al día siguiente.
Esta vez, sin embargo, había algo diferente, en el centro de la mesa había un pequeño envase de vidrio, a Alameda le recordó de aquellas pociones que luego salen en las películas de fantasía.
“Qué es eso” preguntó Mario, genuinamente intrigado. Alameda no pudo decir palabra alguno, estaba absorto viendo el pequeño envase.
“Esto es el futuro, ¿Ubicas la sinestesia?” le preguntó Héctor a Mario con un ligero tinte de burla.
“Sí, es una condición que tienen unas personas… tienen los sentidos entrelazados, pueden saborear colores, ver música, sentir la pintura.”
“Hay güey, si nomás la cara tienes pinche Mario. Esta es una nueva droga, alguien logró reproducir los síntomas de la gente con sinestesia, unas gotas de esto y verás el mundo como esos cabrones, lo llaman synth es súper caro, y súper escaso.”
“¿Como la conseguiste?” Alameda rompió su silencio. “Unos conocidos de mi papá me la consiguieron, neta es otro pedo cabrón, es como ver el mundo en realidad por primera vez. Entonces ¿Le entran?”.
Ambos asintieron con la cabeza.
“Pero primero, déjame poner musiquita papá.”
Sacó un vinilo, había traído un pequeño tocadiscos que ya tenía instalado, puso el disco era el Dark Side of the Moon de Pink Floyd. La música empezó. “Y esto ¿Cómo se toma o qué? ¿Se inyecta?” preguntó Mario. “Este güey, como se ve que eres de provincia cabrón, no mames, si te inyectas esa chingadera se te funde el cerebro yo creo. Lo pones en cubos de azúcar, y te lo pones debajo de la lengua.” Dijo Héctor, mientras sus amigos se reían de sus chistes. “Cómo el LSD” concluyó Alameda. “Exacto, ve ese güey si sabe.”
Speak to me estaba llegando a su final cuando Héctor preparó cinco cubos de azúcar, cada uno con una gota de Synth. Alameda tenía mucha experiencia con casi todo tipo de drogas, su favorita era la marihuana, y como Héctor solía exagerar, no tomó en serio nada de lo que acababa de decirles. Alameda llevó el cubo a su boca y lo puso debajo de su lengua, El líquido tocó la parte de debajo de su boca, su lengua reposaba encima del cubo de azúcar que poco a poco se disolvía, después de varios minutos su lengua empezó a hormiguear, pero de ahí en fuera, nada más había sucedido. Fue hasta que el álbum llegó a On The Run cuando la droga entró de golpe, la hipnótica melodía pasó de sus orejas a su boca, podía saborear las notas, ver los acordes, todo estaba hecho de los colores más vibrantes que jamás había visto, y unos que ni siquiera conocía, todo fluía como ondas hechas de tela de un neón vibrante ondulando en un vacío negro. Luego ¡bang! La canción explotó como la creación del universo, y Time inició, la canción le supo como al mar, en una mañana de primavera, pero no era un mar, era más bien un río, un río sin fin que se extendía a lo largo del universo para terminar justo donde iniciaba. Fue así que una abrumadora sensación le recorrió el cuerpo, un calor intenso como una fiebre, sentía que se quemaba, pero no le pasaba nada, imágenes de su madre le vinieron a la cabeza, sus pinturas, se sintió incompleto, un vacío empezó a crecer, pero lo podía sentir, podía percibir la ausencia de todo en sus dedos, una sensación atemorizante. Ahora le aparecía un telar, hecho de todos los colores que existen y los que no, lo tocó con su mano y pudo sentir la música, ya no era solo algo auditivo, sino que ahora ocupaba todos sus sentidos, los inundaba como el río que hace rato había sentido, y por ese breve instante se sintió completo.
Pero todo concluyó de una forma trepidante, Mario estaba gritando en agonía, sus gritos sacaron de su trance a los demás. “Qué pedo güey, ¿Qué viste?” le preguntó Héctor. Mario, intentando recuperar el aliento, estaba pálido, y sudoroso. “Vi al diablo… vi al mismísimo demonio.” Dijo en un estado casi de shock.
Lo llevaron a su cuarto para que estuviera tranquilo, lo acostaron sobre su lado izquierdo, y le dejaron una cubeta.

Héctor, sus amigos y Alameda se quedaron más rato escuchando música, pero ya sin el synth, la cual había probado ser una experiencia abrumadora para los sentidos. Alameda ya no se sentía en este mundo, sino atrapado en medio de una infinidad de multiversos, todo le parecía el reflejo de un espejo sucio, y se dio cuenta, estaba incompleto, hace años que había hecho un trazo sobre un lienzo, pero lo más curioso de todo, es que sentía la urgencia de ir a su casa, su verdadera casa, con su familia para Navidad.

Todos discutieron sus experiencias con el Synth, y por primera vez Alameda no detestaba del todo a Héctor, pusieron un poco de música navideña, el disco de A Very She & Him Christmas. “Me mama este disco cabrón.” Dijo Alameda en un tono nostálgico, viendo el techo. “¿Porqué?” le preguntó Héctor. “Deschanel y Ward entienden a la perfección como debería ser un disco navideño. Verás, muchos hacen versiones orquestales con mucha instrumentalización, hacen que todo suene grandioso en escala y rango, pero a como yo lo veo, la Navidad, si ya no eres un niño, es sumamente melancólica, es el recuerdo de ser niño y estar con tus padres comiendo galletas y abriendo regalos, y saber que ese tiempo nunca volverá jamás, es ese entendimiento melancólico que She & Him capturan a la perfección.

Siguieron discutiendo un rato más, sobre la naturaleza Pavloviana de la celebración, y sus tradiciones familiares. En general fue una velada agradable, al anochecer, Héctor partió junto con sus amigos, como Mario seguía catatónico, Alameda le dio a Héctor su coca, recibió el pago, y se lo dejó a Mario debajo de una maseta con marihuana que tenían cerca de la entrada.

Alameda siguió escuchando música, pensando en su mamá, su familia, su pintura y el synth que droga más poderosa, Héctor había dicho la verdad, no hay nada como eso en este mundo. Moría por probarla de nuevo, algo lo había hecho sentir, una sensación ya olvidada, tenía que ir a ver a su familia. Se le ocurrió un plan, tomaría prestado el dinero de la coca de Mario para pagar un boleto de camión hacia su ciudad natal, llegaría de sorpresa con su familia, era un bonito pensamiento. Tenía una improvisada maleta lista, se iba a bañar, pero antes de entrar al baño vio en la mesa el pequeño botecito de vidrio con Synth, Héctor lo había olvidad. El simple pensamiento de poder probarlo de nuevo lo enloquecía, tenía a la izquierda la regadera, y a la derecha el Synth, sabía que tenía que arreglarse para agarrar el camión de media noche, pero aún sentía el eco de lo que había experimentado con el Synth. Todavía tengo tiempo se dijo a sí mismo Alameda.

Como no tenía azúcar se la puso con un gotero, directamente en la lengua. El efecto esta vez fue inmediato y mucho más intenso, puso unos villancicos navideños, y después pasaría a Mozart y Beethoven, se moría de ganas de ver que sentía con tan perfectas composiciones. Había perdido ya la sensación del tiempo, y los efectos del Synth estaban disminuyendo, por lo que fue al cuarto de Mario para ver cómo estaba y si quería tomar más Synth. Mario estaba en su cama, abrazando su bote, “Mario, cabrón, levántate.” Lo empujó con las manos, pero se dio cuenta que Mario estaba demasiado frío, la ventana de su cuarto estaba abierta, la cerró, pero aún así Mario no respondía, su piel se sentía extraña, Alameda empezó a preocuparse, le tomó el pulso, pero no sintió la menor señal de vida, Mario estaba muerto. Alameda entró en pánico, salió corriendo a su cuarto en busca de su teléfono, Héctor arreglaría esto. Entre el horror y las drogas no distinguía bien, volviendo imposible encontrar su teléfono, se dirigió a la cocina, y fue cuando lo vio, su sangre se puso helada, estaba enfrente de él, una figura despreciable, pobremente iluminada por las luces de neón y adornos navideños que colgaban de los  edificios de enfrente, que pasaban a través de los recortes de periódico que cubrían las ventanas, era el mismo diablo, un demonio cubierto en sombras, sin rostro, solo una espiral infinita color rojo en lo que sería su cara.

Alameda no sabía que hacer, su respiración era agitada, su corazón se sentía dos veces más grande, parecía que le iba a dar un paro cardiaco. El demonio sonrió con dientes de hierro, se acercó hacia Alameda, dejando pisadas de azufre. Alameda paralizado. El demonio se puso enfrente de él, extendió un brazo y le tocó la frente, gentilmente lo llevó al sillón, lo calmó con una mano, y le recostó la cabeza, de un bolso hecho de piel humana sacó una jeringa con un líquido que Alameda no reconoció. El demonio lo calmó, y llevó la jeringa a su brazo derecho, la aguja estaba a punto de penetrar la piel de Alameda cuando este se recuperó, y de un golpe se quitó al demonio que tenía encima y que cada vez más lo envolvía en sus tinieblas. Alameda salió corriendo del departamento, todo le parecía irreal, como una pesadilla de la que no podía escapar, los pasillos se extendían de forma Kubrickiana sin fin aparente, parecía correr en cámara lenta, no sentía su corazón, pero podía ver su respiración, el aire frío amenazaba con congelarle los pulmones. Se detuvo por un momento, ya debería de haber escapado al demonio, volteó la mirada, pero el demonio allí estaba, escupiendo humo infernal, la espiral roja que todo lo devora, el demonio avanzó lentamente hacia Alameda. Este, sin importar sus pecados, sabía que no dejaría que el diablo se lo llevara y menos en Nochebuena, por lo que puso pies en marcha y salió corriendo de nueva cuenta en la dirección opuesta. Sus pisadas parecían estar congeladas en el tiempo, después de un instante ya no sabía si iba o venía, el aire también cambió de dirección, parecía provenir de abajo hacia arriba, por un momento sintió que flotaba en la infinidad del espacio. Ignorando el pobre Alameda la profunda tristeza de su situación, que en realidad al estar escapando del demonio había llegado a la azotea de los departamentos, ahora había corrido por el borde hacia el abismo, cayendo directamente al frío suelo de una sucia banqueta en la Ciudad de México. El Synth seguía en su sangre que lentamente lo abandonaba, tenía la mirada al cielo, y un montón de extraños lo observaban, si estiraba la mirada podía verlo, el árbol de navidad de la última Navidad de su madre, la sangre tibia se extendía hasta los regalos, allí estaba su madre y el resto de su familia esperándolo, y una profunda melancolía le invadió el corazón.

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sábado, 24 de diciembre de 2016

Día 12: LA INVENCIÓN DE HUGO CABRET


Cuando Martin Scorsese anunció que haría la adaptación del libro de Brian Selznick había cierto escepticismo, Scorsese es uno de los grandes directores de todos los tiempos, sin embargo, era la primera vez que hacía una película para niños. Pero uno de los grandes dones de Scorsese es encontrar la forma en que todas sus películas de alguna forma u otra sean personales, y Hugo no es la excepción, resultando en una película excepcional.

La trama sigue al huérfano Hugo Cabret que vive en una estación de trenes parisina, le da mantenimiento a los relojes y se asegura de que marquen la correcta. Roba comida para vivir y también piezas de una juguetería para un autómata que su padre había rescatado. Un día es sorprendido hurtando por el dueño de la juguetería llamado Papa George, quien le da la oportunidad de trabajar en su tienda a cambio de la libreta que era del papá de Hugo.

Aunque el ritmo puede resultar algo lento para algunos, Scorsese nos recompensa con una narrativa llena de magia y amor por el cine. La ambientación, la música, el uso de color, todo ayuda a enriquecer las imágenes en pantalla, cada cuadro está lleno de textura y profundidad (con un excelente uso del 3D), entiendo que no es una película de navidad, pero siempre la veo en estas fechas, la composición de las tomas, el movimiento de cámara, las tomas continuas, en pocas palabras es un deleite verla, y no me canso de hacerlo.

Es una historia sobre seguir adelante en la vida, y como todos ocupamos un lugar en este mundo, no hay piezas de sobra. Debido a esto es mi última recomendación de estos doce días de navidad, una gran película de un gran director, por lo que junten a toda la familia, pongan el recalentado (o la botana si están esperando la cena navideña) y disfruten de una de las películas más encantadores de tiempos recientes.

Título original: Hugo.
Guión: John Logan.
Elenco: Asa Butterfield, Chloë Grace Moretz, Ben Kinglsey, Sacha Baron Cohen, Jude Law.
Director de Fotografía: Robert Richardson.
Edición: Thelma Schoonmaker.

A todos los que han estado siguiendo esta dinámica espero que les haya gustado, y hayan visto por lo menos alguna de mis recomendaciones ¿Les gustaría ver esta dinámica el año que entra? ¿Cuáles son sus películas navideñas favoritas? ¡Hagan ruido en la sección de comentarios!

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viernes, 23 de diciembre de 2016

Día 11: ARMA MORTAL

Ya sé, parece que me pagan por hablar de Shane Black, la realidad es que soy fanático de su trabajo y para el impacto sustancial que ha tenido en el cine de acción creo que está bastante menospreciado, sin Arma Mortal no tendríamos películas como Duro de Matar por ejemplo, o básicamente cualquier buddy cop movie.

Cuando una prostituta y estrella porno comete suicidio, al veterano detective Roger Murtaugh le asignaba como nueva pareja a Martin Riggs para investigar el caso. Murtaugh está a un paso del retiro, mientras que Riggs es un especialista en todo tipo de confrontación y tiene tendencias suicidas tras la muerte de su esposa.

Aunque se puede reconocer perfectamente la autoría de Shane Black como guionista de la película, tampoco hay que quitarle sus méritos a Richard Donner, quien dirige de manera segura, y con una destacable cinemtatografía.

Mucha gente prefiere Duro de Matar como su película de acción navideña predilecta, sin embargo Arma Mortal lo hizo mucho antes y de un modo más efectivo, tan solo en el desarrollo de personajes Arma Mortal es una mucho mejor película. Este es precisamente uno de los logros más destacables de Donner y Black, logran desarrollar a sus personajes por medio de la acción, algo que a muchos directores del género (como Michael Bay) se les complica demasiado.

Finalmente, es una película increíblemente entretenida, una de las bases en las que se erigió el cine de acción de los 80's y 90's, emocionante de principio a fin.

Pueden checar un domingo de doble función donde comparé dos de los mejores trabajos de Shane Black haciendo click aquí.

Título original: Letha weapon.
Dirección: Richard Donner.
Guión: Shane Black.
Director de Fotografía: Stephen Goldblatt.
Edición: Stuart Baird.
Año: 1987.

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jueves, 22 de diciembre de 2016

Día 10: RUSHMORE

Aunque no es una película Navideña (salvo el tercer acto que toma lugar en esta época), y fue la segunda película de Wes Anderson como director. Voy a exponer brevemente porque me encanta ver esta película en estas fechas. Siendo fan de Wes Anderson me percaté que me hacían falta un par de sus películas en mi colección entre ellas Rushmore, pero sus trabajos iniciales son difíciles de conseguir a no ser que sea por importación, una navidad mi mamá me la regaló, y desde ese entonces no puedo evitar más que verla en esas fechas.

Al ser su segundo trabajo Anderson a penas está definiendo su estilo en Rushmore, el texto en pantalla, las tomas simétricas, cámara lenta que acompaña una toma, etcétera, y es uno de mis trabajos favoritos de este director.

La trama se centra en Max Fischer (Jason Schwartzman), un alumno de la Academia de Rushmore y para él la escuela lo es todo, es parte de todos los clubes imaginables y se tutea con los maestros. Sin embargo sus calificaciones no son nada buenas, y está en peligro de ser expulsado. Aunado a esto, se enamora de la maestra Rosemary Cross (Olivia Williams).
Por su puesto, la trama se sigue complicando una vez que es introducido Herman Blume (Bill Murray en un papel que le ganó una nominación al Óscar).

Aunque muchas puedan encontrar el estilo de Anderson demasiado raro, o no les guste la revalidad que se forma entre Blume y Max, aún así es una película fenomenal. No es tanto sobre ir a la escuela, ni sobre ser un adolescente, es sobre como los personajes se encuentran a sí mismos, y como encuentran razones para vivir aún cuando les quitan aquello que valoraban. En un año de su vida Max crece lo que poca gente logra en su vida, y todo está hecho de una manera impecable.

Por su parte, hay películas que tienen finales tristes y otras que tienen finales felices, Rushmore es aquella extraña película que cuenta con un final perfecto, ni triste ni feliz... un final perfecto.

Título original: Rushmore.
Dirección: Wes Anderson.
Guión: Wes Anderson, Owen Wilson.
Elenco: Jason Schwarzmann, Bill Murray, Olivia Williams, Luke Wilson.
Dirección de Fotografía: Robert D. Yeoman.
Edición: David Moritz.
Año: 1998.

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Día 9 -EL EXTRAÑO MUNDO DE JACK-

De Tim Burton El Extraño Mundo de Jack es la clase rara de película que puedes ver en diversas temporadas, aunque debido a su arte tétrico parece más perteneciente a Halloween, aún así tiene suficientes elementos navideños que justifican recomendarla para este época, es la recomendación para los adolescentes de la familia que acaban de perder el encanto de la Navidad.

Basada en una historia y personajes de Tim Burton, esta película de stop motion dirigida por Henry Sellick (quién décadas después dirigiría Coraline con resultados sorprendentes). Para quienes no sepan (¿En serio?), se trata de Jack Skellington el Rey de la Ciudad de Halloween, quien no se siente completo con e Halloween, un día descubre que puede saltar a las ciudades de las diversas festividades, y queda encantado por la Ciudad de Navidad, debido a esto decide que va a hacer su propia Navidad.

Como mencioné en la recomendación de A Very Murray Christmas, no soy fan de los musicales, sin embargo las canciones de El Extraño Mundo de Jack son tan emblemáticas que no puedo evitar tararearlas cada vez que suenan.

El diseño de los personajes además es uno de sus puntos más fuertes, las criaturas que Tim Burton nos entrega son enigmáticas, tétricas, pero cautivantes, y desde su estreno esta película se ha vuelto un clásico de culto.

Título original: The Nightmare Before Christmas.
Guión: Caroline Thompson.
Con las voces (en inglés) de: Danny Elfman, Chris Sarandon, Catherine O'Hara, William Hickey.
Director de Fotografía: Pete Kozachik.
Edición: Stan Webb.
Año: 1993. 

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martes, 20 de diciembre de 2016

Día 8: A VERY SUNNY CHRISTMAS SPECIAL


Como los seguidores del blog sabrán, soy un gran fan de la serie de FX (ahora FXX) It's Always Sunny in Philadelphia, y el especial de Navidad que hicieron es bastante bueno.

Aunque es de duración es algo corta, en este especial Dennis y Dee quieren vengarse de Frank quien siempre los ha maltratado en navidad, por lo que deciden darle el trapiento de Un Cuento de Navidad,  para ver si pueden hacer que se convierta en una mejor persona, por medio de su viejo compañero de negocios Eugene.

Por su parte, Charly y Mac tienen recuerdos navideños de su infancia, sin embargo parece ser que sus recuerdos no eran tan magníficos.

De las dos historias, me gusta más la de Mac y Charly, este primero descubre que no le estaban dando regalos navideños, sino que en realidad le estaban enseñando a robar casas. Y la historia de Charly es particularmente dolorosa.

Sin embargo, la historia de Dennis y Dee es mucho menos interesante, a pesar de esto, logra llegar a un desenlace satisfactorio.

La dirección de Fred Savage (a quien todos recordaran como el nieto en de Princess Bride) es atinada, y los breves momentos emotivos tienen el impacto que deben.

El especial navideño de It's Always Sunny In Philadelphia es perfecto para quienes buscan una película navideña un tanto irreverente, pero con corazón.

Título original: A Very Sunny Christmas Special.
Dirección: Fred Savage y Matt Shakman.
Guión: Charlie Day y Rob McElhenney.
Elenco: Charlie Day, Rob McElhenney, Glenn Howerton, Kaitlin Olson, Danny DeVito
Edición: Sonny Lee, Tim Roche, Patrick Walsh.


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lunes, 19 de diciembre de 2016

Día 7: OPERACIÓN REGALO.


Aunque de entrada Operación Regalo parece como cualquier película animada centrada en las fiestas
decembrinas en realidad es una exploración honesta a las dinámicas familiares, por lo que sorprendentemente se enfoca más en sus personajes y las relaciones entre ellos, que en la época en sí.

Cuando un regalo se pierde en el sistema, el joven Arthur Christmas uno de los hijos del actual Santa Claus, se embarca en una aventura junto con su abuelo, y una duende que envuelve regalos. Otro aspecto que me gusta de Operación Regalo es que en realidad se tomaron el tiempo de pensar muchos detalles, por ejemplo ¿Cómo le hace Santa Claus para darle la vuelta al mundo en una noche? Además, es una analogía sobre la industrialización de las festividades como la Navidad, pero funciona porque está tratado de la manera adecuada, no es evidente en muchas de sus pretensiones. Y tiene un par de escenas que me encantan especialmente la cena de navidad donde todos están cansados, hay rivalidades entre padres e hijos, pero Arthur insiste en que jueguen un juego de mesa.

Por último, es bastante graciosa, en especial el personaje de Bryony, la duende que envuelve regalos, y el abuelo de Arthur que sólo está buscando una excusa para ser Santa de nuevo.

Operación Regalo es una rara película navideña que tiene algo más que decir que buscar el espíritu navideño o el significado de la navidad, es una historia de padres e hijos, de legados, y saber reconocer cuando nuestro tiempo ha pasado, y al puesto al que en realidad pertenecemos.

Título original: Arthur Christmas.
Dirección: Sarah Smith, Barry Cook.
Guión: Peter Baynham, Sarah Smith.
Elenco (voces): James McAvoy, Hugh Laurie, Bill Nighy, Ashley Jensen.
Director de Fotografía: Jericca Cleland.
Edición: John Carnochan, James Cooper.

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domingo, 18 de diciembre de 2016

Día 6: EL REGALO PROMETIDO


Llegamos a la mitad de estos Doce Días de Navidad, El Regalo Prometido al igual que El Grinch es otro placer pulposo que tengo, no importa lo absurda que sea la trama, y que la dirección sea poco inspirada, cada año la veo, y es otra de esas películas que siempre la pasan en estas fechas.

Howard Langston (Arnold Schwarzenegger) es un padre que por atender su trabajo a descuidado a su familia, su esposa le encargó que comprara con tiempo el regalo para su hijo, la cotizada figura de acción Turbo Man (que es un copia barata de Buzz Light Year), pero como no lo hizo a tiempo ahora debe recorrer todas las tiendas de la ciudad para conseguir uno.

A pesar de los breves intentos de hacer una crítica al consumismo y a la obsesión de las personas con las ofertas como el black friday, la película se convierte casi es un duelo a muerte por un juguete, debido a que Howard entabla una rivalidad con el cartero Sinbad (Myron Larabee) por que ambos buscan el mismo juguete. Aún así es muy divertida, en especial las bromas recurrentes (o running gags), en especial la del policía que se sigue cruzando con Howard, y sigue saliendo lastimado. También se me hace muy gracioso el personaje de Ted (Phil Hartman) quien es un papá soltero, y se hace pasar como el mejor vecino, pero en realidad sólo quiere ligarse a la esposa de Howard. La lucha contra los Santas de la fayuca es bastante graciosa. El Regalo Prometido se beneficia por el carisma de Arnold Schwarzenegger, y la peculiar forma en la que entrega sus líneas con su denso acento austriaco hace todo mucho más gracioso. No es una obra maestra, ni la mejor película situada en la Navidad, pero si es estúpidamente entretenida.

Dirección: Brian Levant.
Guión: Randy Kornfield.
Elenco: Arnold Schwarzenegger, Myron Larabee, Rita Wilson, Phil Hartman, Jake Lloyd.
Director de Fotografía: Victor J. Kemper.
Edición: Kent Beyda, Wilt Henderson, Adam Weiss.
Año: 1996.

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ROGUE ONE: UNA HISTORIA DE STAR WARS -RESEÑA-


Desde que fue anunciada como una historia de antología de la saga de Star Wars, Rogue One me tenía intrigado, porque se iba a tratar de uno de los puntos vitales y extrañamente no explorados de la franquicia: el robo de los planos de la Estrella de la Muerta. Luego se reveló que el director sería Gareth Edwards, debido a que me encantó su versión de Godzilla (Godzilla 2014) estaba sumamente emocionado. Pero empezaron los rumores de las múltiples reshoots (que no son nada fuera de lo normal en esto tipo de películas), además que se habían hecho cambios al guión, y se cuestionó el control que tenía Edwards sobre el proyecto, así como el cambio de último momento de compositor, eligiendo a Michael Giacchino a escasos meses antes del estreno.

Por fin llegó Rogue One, la trama se centra en Jyn Erso (Felicity Jones), cuyo padre es uno de los ingenieros principales en el desarrollo de la Estrella de la Muerte, por lo que la Alianza Rebelde contacta a Jyn para que los ayude a encontrarlo. Cassian Andor (Diego Luna) es asignado para vigilar a Jyn, y ver que se complete la misión, K-2SO (Alan Tudyk) un androide imperial re programado para ayudar a los rebeldes, es el copiloto de Andor, y algo así como su mano derecha (es el Chewie al Han Solo de Cassian). En su camino a completar la misión se les unen Chirrut Imwe (Donnie Yen), y Baze Malbus (Wen Jiang), así como Bodhi Rook (Riz Ahmed), un piloto desertor del imperio que busca redención. 

Uno de los aspectos más refrescantes de Rogue One es que se siente diferente del resto de películas de la saga, sin alejarse demasiado como para volverse irreconocible. Aquí, el universo de Star Wars se siente amplio, vasto y más sucio que antes, los cascos de los stormtroopers no están impecablemente blancos, las explosiones lanzan polvo y escombro sobre nuestros protagonistas, sus rostros se ensucian. El imperio se siente como una verdadera amenaza, los stormtroopers son temidos y tienen buena puntería (en su mayoría), por su parte la Alianza Rebelde se está fragmentando, y han cruzado muchas líneas morales en nombre de un bien común. Rogue One logra levantar varias cuestiones morales a través de sus personajes principales pues no todos ellos son buenas personas, Jyn y Cassian son particularmente complejos.

Aunque el primer acto es lento, la película sigue aumentando el ritmo para entregar un tercer acto espectacular, sin duda uno de los mejores de la franquicia, dónde todo lo que había estado construyendo la película rinde frutos.

Visualmente es la más impresionante, la cinematografía es impecable, en especial en sus tomas panorámicas, cada una no solo sirve para establecer los diferentes planetas que visitamos, nos dan un sentimiento de la geografía, y escala que tienen estos lugares y objetos, y muchas tomas son creativas, vale la pena verla en la pantalla más grande que se pueda, para poder apreciar cada detalle.

Por su parte, el elenco hace un muy buen trabajo, este es el elenco más diverso que ha tenido una película de esta franquicia, y todos hacen un muy buen trabajo. Felicity Jones cumple como Jyn Erso,  su cambio de rebelde sin causa con problemas paternos al de una líder que da discursos inspiradores es creíble, aunque al inicio su personaje no parece estar bien definido. Diego Luna es sorprendentemente efectivo, aunque en algunas escenas está un poco acartonado, entrega una actuación con varios matices, y es uno de los personajes más interesantes. Alan Tudyk hace un excelente trabajo como K-2SO, es como un C-3PO con actitud, es ácido, y sarcástico, no tiene miedo en decir lo que piensa, y es sin dudas, entrañable. Ruz Ahmed hace un buen trabajo como Bodhi Rook, por su parte, Donnie Yen es un badass como siempre, aunque está relegado al papel del sabio místico, además su relación con Baze es creíble y está bien lograda, producto de la buena química entre Yen y Wen Jiang. Finalmente, Ben Mendelsohn entrega un buen villano como Orson Krennic, se ve que disfruta de interpretar villanos, pero no lo lleva al extremo de convertir a su personaje en una caricatura.

Sin embargo, Rogue One tiene un problema de edición, aunque no tan grave como el de Suicide Squad o Warcraft (que son ejemplos de como no editar una película), hay veces en donde los cortes no tienen mucho sentido, y en ocasiones la cámara no aporta información esencial para la audiencia. Esto es más evidente en los primeros dos actos, y es decepcionante teniendo en cuenta que Godzilla (la anterior película de Edwards) estaba muy bien editada, afortunadamente el tercer acto esta unido con fluidez. A Edwards le gusta planear las acciones de dos eventos diferentes para que se afecten de manera inmediata, de tal forma que las acciones de un evento tienen repercusiones sobre otro, de esta forma la acción se vuelve más orgánica, y simbiótica.

Aunado a lo anterior, el fan service se vuelve excesivo, hay varios cameos, y papeles completos de personajes de otras películas, aunque algunos son muy efectivos, y otros simplemente geniales (Darth Vader tiene una breve escena que sirve para recordarnos porque es uno de los villanos más emblemáticos del cine), por desgracia muchos más se sienten innecesarios y hay uno en particular que no está bien logrado.

Cabe mencionar que hay múltiples escenas de los trailers (en especial del teaser), que no están en el corte final, aunque esto no es nada fuera de lo común, y parecen ser producto de las reshoots que se hicieron, me queda la duda de cuanto cambió de la película, porque algunas tomas indican a un tercer acto diametralmente distinto.

En conclusión, aunque su inicio es algo lento, la edición deja algo que desear, y el fan service llega a ser excesivo. Gracias a personajes bien construidos, una dirección atinada de Gareth Edwards, un espectacular tercer acto y un desenlace simplemente fenomenal, Rogue One es una de las mejores películas de Star Wars y prueba que hay vida para la franquicia fuera de la familia Skywalker.

Título original: Rogue One: A Star Wars Story.
Dirección: Gareth Edwards.
Guión: Chris Weitz, Tony Gilroy.
Elenco: Felicity Jones, Diego Luna, Alan Tudyk, Donnie Yen, Ben Mendelsohn, Riz Ahmed, Wen Jiang.
Dirección de Fotografía: Greg Fraser.
Edición: John Gilroy, Colin Goudie, Jabez Olssen.

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sábado, 17 de diciembre de 2016

Día 5: A VERY MURRAY CHRISTMAS


En este especial de Netflix, Bill Murray (quien se interpreta a sí mismo) va a hacer un programa de comedia en un hotel de Nueva York, pero debido a una fuerte tormenta de nieve, ninguno de sus invitados puede asistir, y probablemente nadie vea el programa.

A Very Murray Christmas es una opción perfecta para los fans de Bill Murray y Sofia Coppola. Bill Murray está en su modo de "llorando por dentro" el cual es común en sus trabajos con Wes Anderson. Lo cual va muy bien con el estilo directorial de Sofia Coppola (quien dirigió a Murray en Lost In Translation), la dirección de Coppola puede alienar a varios espectadores, pues dirige de una manera minimalista, sus movimientos de cámara son escasos, así como la ausencia de música de fondo, sin embargo, aún si no son fans de Coppola ni de Murray recomendaría echarle un vistazo, debido a que está plagado de invitados especiales como George Clooney, Maya Rudolf, Chris Rock, Michael Cera, Tina Fey, Miley Cyrus, y la lista sigue y sigue. Cabe mencionar que es en sí un musical, así es que si no les gusta este género probablemente no les guste este especial, aunque yo no soy fan de dicho género y aún así disfruté mucho de A Very Murray Christmas.

Las interpretaciones de las canciones se sienten reales, en el sentido de que no parecen haber sido hechas en algún estudio en post producción, dando más bien la apariencia de estar sucediendo en tiempo real.
La historia en sí no es nada especial, es más bien una excusa para tocar canciones navideñas, y mostrar a un montón de artistas famosos. Si disfrutan de las canciones navideñas, la gran mayoría están bien interpretadas, y el ritmo se acelera considerablemente al acercarse a su conclusión.
Habiendo dicho lo anterior, también funciona muy bien como sonido de fondo, con esto me refiero a que puede hacer buena compañía cuando se está haciendo algo más, y la elección de canciones es bastante atinada.

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viernes, 16 de diciembre de 2016

Día 4: MI POBRE ANGELITO 2: PERDIDO EN NUEVA YORK


Mi Pobre Angelito se ha vuelto en un clásico navideño, aunque sus méritos cinematográficos son cuestionables, aún así las primeras dos entregas de esta franquicia se han vuelto sinónimos de estas celebraciones decembrinas.

Elegí la secuela en lugar de la original porque con el paso del tiempo ha sido por la que me he inclinado. De nueva cuenta Kevin (Macaulay Caulkin) se pierde de su familia, esta vez porque toma el avión a Nueva York (cuando debía tomar el que se dirigía a Miami), para su mala fortuna, los ladrones de la vez pasada, Harry Lime (Joe Pesci) y Marv Merchants (Daniel Stern) planean robar una juguetería de Nueva York, a no ser que Kevin puede impedirlo.

La trama de Mi Pobre Angelito es del tipo que únicamente puede ocurrir en las películas, y se beneficia sobremanera del factor nostalgia. Tonalmente es prácticamente una caricatura de los Looney Tunes, mientras Harry y Marv sufren todo tipo de daños por parte de Kevin, de hecho cuando la volví a ver recientemente me di cuenta de lo violenta que Mi Pobre Angelito es considerando que es una película para niños, Kevin es prácticamente un psicópata con cada una de sus elaboradas trampas más sádica que la otra parece más Depredador que un pequeño en apuros. Sin embargo es de agradecerse ver a un niño que es autosuficiente y que puede arreglárselas el solo.

Al igual que la primera Perdido en Nueva York es dirigida por Chris Columbus, y supongo que fue en parte al éxito económico que obtuvo con esta franquicia que fue elegido para dirigir las primeras dos entregas de Harry Potter, así como Percy Jackson donde por desgracia no pudo repetir el mismo éxito que con las dos franquicias anteriores. 

Por su parte, Joe Pesci es uno de los mejores aspectos de estas primeras dos entregas, en un papel que contrasta demasiado con la mayoría del resto de sus actuaciones. Macaulay Culkin por su parte hizo suficiente dinero con ambas entregas como para no tener que trabajar nunca en su vida.
Y aunque es el ejemplo de cualquier secuela "floja" de Hollywood que repite todos los elementos de la primera pero en un lugar distinto, aún así es bastante entretenida y cada vez que está en la tele la veo.

Título original: Home Alone 2: Lost in New York.
Dirección: Chris Columbus.
Guión: John Hughes.
Elenco: Macaulay Culkin, Joe Pesci, Daniel Stern, Catherine O'Hara, John Heard.
Dirección de Fotografía: Julio Macat.
Edición: Raja Gosnell.

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jueves, 15 de diciembre de 2016

Día 3: KISS, KISS, BANG, BANG.




Para todos aquellos seguidores del blog, sabían que tarde o temprano Shane Black iba a hacer una aparición en esta lista, aunque su material alcanzaría para cubrir la mitad de los 12 días de Navidad, esta vez decidís enfocarme en Kiss, Kiss, Bang, Bang una de sus películas más menospreciadas.

Como toda película de Shane Black que se respete está situada en la época de Navidad y sigue a un ladrón haciéndose pasar por un actor Harry Lockhart (Robert Downey Jr.), un investigador privado Gay Perry (Val Kilmer), y una actriz en problemas, las vidas de estas tres personas se verán unidas tras un misterioso homicidio.

Pueden esperar grandes dosis de comedia, un guión inteligente y un par de secuencias de acción bien ejecutadas; Black aprovecha para subvertir muchos de los temas y elementos de este género, aprovecha cada oportunidad que tiene para que algo inesperado suceda. Además cuenta con varias actuaciones bien logradas, Robert Downey Jr., hace un muy buen trabajo en uno de sus roles antes de su renacimiento, Michelle Monaghan es efectiva como siempre, y Val Kilmer entrega quizá su último personaje entrañable.

Cabe mencionar que este fue el debut directorial de Black, y vaya que fue bueno, probó que tenía un buen ojo para dirigir una escena (hay que recordar que no todos los buenos guionistas son buenos directores), y subo adaptar su material de forma efectiva, y expresar su muy particular punto de vista.

Kiss, Kiss, Bang, Bang es una película excelente para todos quienes busquen un sólido misterio situado en estas épocas.

Título original: Kiss, Kiss, Bang, Bang.
Dirección: Shane Black.
Guión: Shane Black.
Elenco: Robert Downey Jr., Michelle Monaghan, Val Kilmer.
Dirección de Fotografía: Michael Barrett.
Edición: Jim Page.
Año: 2005.

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GUÍA FAMILIAR 16.12.2016



¡Rogue One por fin está entre nosotros!, debido a que muchos le huyeron al spin off de Star Wars, tenemos muy pocos estrenos, pero ¿En realidad alguien va a ver algo distinto a Rogue One este fin de semana?


1.- Sing "Ven y Canta" (Sing)
Sinopsis: Situada en un mundo como el nuestro, pero habitado totalmente por animales. Sing ¡Ven y canta! Es protagonizada por Buster Moon, un koala quien está al frente del que alguna vez fuera uno de los teatros más importantes de la ciudad, pero que actualmente pasa por tiempos difíciles. Buster es un eterno optimista, bueno quizás hasta un poco sinvergüenza, pero ama tanto a su teatro que hará hasta lo imposible por conservarlo. Poco a poco ve como su sueño se desmorona, y es ahí cuando tiene la idea de revivir la gloria de su teatro a través del más grande concurso de canto del mundo.
RTC: Clasificación "AA" Comprensible para niños menores de 7 años. Por "Trama de particular interés para menores de 7 años"
MPAA: Clasificación "PG" Parte del material puede no ser apropiado para niños pequeños. Por "Breve humor grosero, y peligro."
Dirección: Christopher Lourdelet, Garth Jennings.
Año: 2016.




2.- Belleza Inesperada (Collateral Beauty)
Sinopsis: Después de una tragedia, un hombre se retrae de la vida, cuestionando al universo le escribe cartas al Amor, al Tiempo, y a la Muerte. Recibiendo respuestas inesperadas, este hombre comienza a ver como estos elementos están conectados entre sí y como incluso la pérdida puede revelar momentos significantes y bellos.
RTC: Clasificación "B" Para adolescentes de 12 años en adelante. Trama de particular interés para mayores de 12 años en adelante.
MPAA: Clasificación "PG-13" Parte del material puede no ser apropiado para niños menores de 13 años. Por "Elementos temáticos y breve lenguaje fuerte."
Dirección: David Frankel.
Año: 2016.






3.- Rogue One: Una historia de Star Wars (Rogue One: A Star Wars Story)
Sinopsis: De Lucasfilm llega "Rogue One: Una Historia de Star Wars" la primera película en solitario, una épica aventura totalmente nueva. En un tiempo de conflicto, un grupo de héroes poco probables se unen en una misión para robar los planos de la Estrella de la Muerte, el arma de destrucción masiva del Imperio. Este momento clave en la línea de tiempo de Star Wars reúne gente ordinaria que decidió hacer cosas extraordinarias, y al hacerlo, se convirtieron en parte de algo más grande que ellos mismos.
RTC: Clasificación "B" Para adolescentes de 12 años en adelante. Por "Escenas de acción y violencia en un contexto fantástico."
MPAA: Clasificación "PG-13" Parte del material puede no ser apropiado para niños menores de 13 años. Por "Secuencias extendidas de violencia y acción de Ciencia Ficción."
Dirección: Gareth Edwards.
Año: 2016.



4.- El Ático (The Disappointments Room)
Sinopsis: En este thriller psicológico del director de Control Total y Paranoia, Dana (Kate Beckinsale) y David (Mel Raido) se mudan de Brooklyn a lo que antes había sido una gran mansión sureña con su hijo de 5 años, buscando por un nuevo comienzo. Pero el descubrimiento por parte de Dana de un cuarto secreto desata una serie de eventos inexplicables que ponen a prueba su cordura y lentamente revelan el pasado aterrador de la casa.
RTC: Clasificación "B-15" No recomendada para menores de 15 años. Por "Escenas de violencia y horro paranormal que provocan mínimo impacto."
MPAA: Clasificación "R" Los menores de 17 años requieren de la compañía de sus padres o de un adulto guardián. Por "Contenido violento, imágenes sangrientas, sexualidad breve y lenguaje."
Dirección: D.J. Caruso.
Año: 2015.


Para ver de dónde obtuve la información de las clasificaciones pueden checar la página de la RTC (Aquí), así como la de la MPAA (Aquí), y la de la CARA (Aquí).

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