EL SEÑOR DE LOS ANILLOS
Hace ya más de diez años, un
joven director de Nueva Zelanda con antecedentes en películas de terror y gore se propuso adaptar el trabajo literario
de Tolkien al cine.
Era una hazaña difícil, el
trabajo de Tolkien era muy querido, y la adaptación no era sencilla, ya que la
gran parte de los libros consisten básicamente en largas caminatas y descripciones
de paisajes. El presupuesto era elevado, y las películas iban a ser filmadas
continuamente, la primera tenía que funcionar.
Por fin, el 19 de diciembre de
2001 se estrenó internacionalmente La
Comunidad del Anillo, y fue un éxito. Recuerdo la primera vez que vi la
película en el cine, no tenía idea de que se trataba, nunca había escuchado del
libro, y en aquel entonces la información no se movía a la velocidad en la que
se lo hace ahorita. La sala estaba oscura, un haz de luz cruzó el cuarto, y la
película inició, fue algo que nunca había visto; trolls, orcos, elfos, hobbits,
de repente todos estos personajes de fantasía poblaban mi imaginación, dentro
de una aventura de codicia, ambición y el valor de la sencillez. ¡Y las
batallas!, esas épicas batallas, elegantemente dirigidas y llenas de
adrenalina, con discursos elaborados y épicos sobre el honor y la amistad.
El impacto que tuvo la trilogía
del Señor de los Anillos fue
monumental, marcó toda una generación de adaptaciones de libros de fantasía a
la pantalla grande, y convirtió a Nueva Zelanda en El Lugar para filmar
películas de fantasía. Inspiró adaptaciones como Las Crónicas de Narnia, Eragon, Los Seis Signos de la Luz, y muchas
otras más, que intentaron capturar la magia de la trilogía de Peter Jackson,
pero fallaron en lograrlo.
El Señor de los Anillos marcó la nueva generación de blockbusters, lugar que luego tomarían
las películas de superhéroes. Fue un fenómeno mundial, y ha impactado la vida
de muchos, incluyéndome. Jackson logró algo increíble, y aunque algunos puntos
fundamentales de los libros quedan fuera por razones obvias (Tom Bombadil), y a
veces parece estar más concentrado en secuencias de acción que en el viaje de
los personajes, es una adaptación fiel en los puntos fundamentales, y ha
inspirado a miles de personas a leer los libros, que sin duda son más
profundos.
Con el estreno de la última
película del Hobbit, he vuelto a visitar la clásica trilogía, cosa que no hacía
hace ya tiempo. Siempre es curioso acercarse a una película favorita de tu
infancia, la nostalgia es traicionera, muchas cosas no son como las recordabas,
momentos que encontrabas chistosos, ahora parecen bobos y simplones, los
efectos se ven viejos y falsos, y algo que formaba parte de tu infancia deja de
gustarte. Pero en fin, volví a ver la trilogía, y si bien, encontré algunas
cosas que no funcionan (sobre todo algunos de los efectos especiales,
sobresalientes para su época), la trilogía se sostiene bastante bien, el pasaje
de Moria sigue siendo impactante (¡You
shall not pass!), así como la batalla en el Abismo de Helm, y la defensa de
Minas Tirith. El antecedente de Jackson en películas de terror es muy marcado,
en especial en las primeras dos partes, sobre todo cuando hay Nazgul y orcos en
pantalla. También es curioso ver como fue evolucionando la trilogía en tan poco
tiempo. El presupuesto inferior de la primera se nota cada vez más, y tiene
algunos errores (un par de orcos muertos se levantan en un punto crucial), pero
el encanto permanece. Y El Retorno del
Rey sigue épica como siempre, de hecho, debido a la situación en la que se
encuentra la industria en estos días, me temo que es una de las últimas
películas épicas que pudimos ver en la pantalla de plata.
Pero creo que lo que hace que
conecte con tanta gente, lo que realmente la hace tan especial, es el mensaje
fundamental que transmite a lo largo de las tres películas, en tres discursos
por separado, y no solo es la lucha del bien y del mal, sino el valor de las
convicciones (serte fiel a ti mismo), del honor y la sencillez; un recuerdo de
una época menos cínica, un vistazo a un mundo fantástico y viejo que nunca
existió, pero que pudimos presenciar por algunas horas, ¿Qué no es ése el punto
del cine?
Y como siempre, si les gusta lo que leen, no olviden suscribirse y darle like a la página de Facebook https://www.facebook.com/tiempostmoderno?ref=aymt_homepage_panel
No hay comentarios:
Publicar un comentario