La
película abre con una toma impactante, Smaug hace llover fuego sobre la Ciudad
del Lago, la gente huye aterrorizada, hay caos y destrucción por doquier, un
aire de desesperanza inunda la pantalla. Es una jugada valiente por parte de
Peter Jackson el iniciar su película con una escena de ese calibre, pero
Jackson y compañía no sólo logran mantener ese ritmo y energía a lo largo de
los 144 mins., de duración de la película, sino que terminan la saga de la Tierra
Media con broche de oro.
Mucho
se ha discutido sobre las motivaciones para dividir un no muy largo libro en
tres películas de casi tres horas de duración cada una, y si bien, los primeros
dos capítulos sufrieron por esta decisión (en especial la primera entrega),
ésta última se ve beneficiada por esa misma razón, si ése es motivo suficiente
para justificar la existencia de tres películas es discutible, pero al menos
éste último capítulo es rápido, ágil y épico.
El
humor de pastelazo ha quedado atrás, dando paso a un tono más maduro y con
emociones sinceras. Y claro, a pesar de la glorificación de las batallas y las
luchas con espadas, la esencia de Tolkien se siente en este capítulo, de forma
que no se sentía en los dos anteriores.
Y aunque
muchos puedan sentir la incesante batalla cansada, yo en lo personal disfruté
del espectáculo puesto en pantalla, Jackson, de forma acertada centra la
batalla en los personajes principales, esto ayuda a que se sienta más personal,
ayuda a mantener a la gente relacionada con los personajes, los grandes
ejércitos son impersonales y se vuelven aburridos después de unos cuantos
minutos. Pero descuiden también hay suficientes tomas de los titulares cinco
ejércitos en toda su gloria.
Mucha
gente también se ha quejado del excesivo uso de CGI (imágenes generadas por computadora), sobre todo en los orcos, así
es que si no son fans de esto lamento informarles que éste último capítulo
continúa con ésa tradición. Yo en lo personal prefiero efectos prácticos sobre CGI, pero debo admitir que esto ayuda a
darle un aire de alta fantasía, y a que se sienta estéticamente diferente al El Señor de los Anillos, y en este
capítulo los orcos se sienten más sólidos, más físicos, el nivel de realismo es
bastante impresionante, sobre todo en esos close
ups del rostro de Azog y Smaug.
El
elenco principal hace un excelente trabajo, Ian Mckellen es perfecto en el
papel de Gandalf como siempre, Richard Armitage termina su papel como Thorin
Oakenshield de manera sobresaliente, vemos como el tesoro y su legado lo afectan
al borde de la locura, pero Armitage mantiene a su personaje con la nobleza y
aire de realeza que se merece.
Pero
es sin duda Martin Freeman quien da cátedra como Bilbo, quien no tiene épicos
discursos al borde de la batalla, ni gritos heroicos de guerra, lo que puede
hacer que su actuación pase desapercibida sobre personajes más “vistosos” por
decirlo de alguna manera. Freeman entiende a la perfección a Bilbo, y lo dota
de múltiples dimensiones, se ve sincero, tímido y pequeño, pero también noble y
heroico, es el titular de la película y Freeman acierta en su interpretación.
También,
cada personaje tiene su tiempo de brillar, hasta Saruman y Galadriel tiene una
oportunidad de patear traseros, demostrando todo su poder (¡por fin!).
En
conclusión, La Batalla de los Cinco
Ejércitos culmina de forma espectacular y épica la saga de la Tierra Media.
Aunque algunos puedan encontrar un tanto cansadas las incesantes batallas, y el
uso de CGI sea excesivo es un gran
momento para pasar en el cine, entretenida de principio a fin, y más cercana al
espíritu de Tolkien. Fans de la saga de la Tierra Media saldrán deleitados de
ésta.
*** ½ TRES ESTRELLAS Y MEDIA
Título original: The Hobbit: The Battle of the Five Armies.
Dirección: Peter Jackson.
Guión: Peter Jackson, Phillipa Boyens, Guillermo del Toro, Fran Walsh.
Elenco: Martin Freeman, Ian Mckellen, Richard Armitage, Cate Blanchett.
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