Joel Barish (Jim Carrey) acaba de
terminar con su novia, Clementine Kruczynski (Kate Winslet), pero como los
recuerdos lo persiguen decide acudir a una clínica donde la van a borrar (literalmente)
de su mente. Revelar más de la trama
sería injusto para aquellos que no han experimentado esta pequeña joya de
película, sin duda una de las mejores de la década pasada.
La película se centra en Joel
mientras sus recuerdos son borrados lentamente por los empleados de la clínica:
Stan (Mark Ruffalo), Mary (Kirsten Dunst), y Patrick (Elijah Wood). Stan y Mary
están en una especie de relación, no se toman su trabajo muy en serio, ellos
sólo instalan la máquina, beben vino, se echan un porro, y cotorrean, mientras que
su paciente está perdiendo sus recuerdos. También tenemos al Dr. Mierzwiak, el líder
de la clínica, Mary encuentra la personalidad intelectual del Dr. Mierzwiak
atractiva por lo que, para agradarle más, se esfuerza por sonar más
inteligente, y constantemente le manda indirectas.
Joel estaba muy seguro que
olvidar a Clementine sería la mejor forma de seguir su vida, pero cuando sus
recuerdos empiezan a desaparecer, recuerda los buenos ratos que pasó con Clementine,
y ya no quiere perderla.
De esta forma presenciamos la
relación de ambos, sin orden cronológico, vemos como se conocieron, los
momentos agradables, y los desagradables, somos testigos de la evolución de su
relación hasta su inevitable conclusión. Clementine es un espíritu libre, se
tiñe el pelo de distintos colores, es graciosa, y relajada, el opuesto de Joel,
un hombre serio, reservado y culto. Tanto la actuación de Kate Winslet como la
de Jim Carrey son sobresalientes, la química entre ambos es innegable.
Uno de los aspectos que diferencia
a esta película de las muchas otras películas “románticas” es su trama con
toques de ciencia ficción, no solo hace que se sienta fresca y diferente a las
demás, sino que es un muy buen mecanismo para tocar las ideas que expone.
También, el hecho de que ambos
protagonistas sean adultos sirve, ya que éstos no son dos adolescente en busca
del amor, sino que son dos adultos en una relación “madura” por ponerlo de
alguna manera, de esta forma nos podemos saltar muchos elementos cansados de
las clásicas película románticas.
Pero lo mejor de todo, es que
ésta no es una película “romántica”, no ésta es una película de amor, un amor
profundo que al principio es hermoso y lentamente se degrada hasta que es
doloroso verlo. También se expone la importancia de nuestras memorias, nuestros
recuerdos, a veces puede ser lo único que nos queda de un ser querido, de
alguna forma, el recuerdo de un ser amado es una forma de amor, pero duele, ¿cómo
no querer deshacerse de ese dolor que vive en nuestros recuerdos? Pero ¿Por qué
duele? ¿Por los buenos momentos o los malos? Este es un análisis más profundo sobre
las relaciones humanas de lo que normalmente vemos en una película.
La dirección de Michel Gondry es
muy fenomenal, utilizando efectos prácticos e ilusiones ópticas en algunas
tomas para darle una atmósfera surrealista a la película, como una escena que
toma lugar en una playa, parece estar nublado, y hace muchísimo frío, y Joel y
Clementine están en su cama, ahí a la orilla del mar.
Eterno Resplandor de una Mente Sin Recuerdos, es una gran película,
hace preguntas interesantes, es visualmente atractiva y el final es uno de los
más tristes que he visto, pero a la vez es un final feliz, como toda la
película te romperá el corazón, y al mismo tiempo te alegrará. Es por eso que
es la recomendación para este fin de semana y este día de San Valentín.
Dirección: Michel Gondry.
Guion: Charly Kauffman.
Reparto: Kate Winslet, Jim Carrey, Tom Wilkinson, Mark Ruffalo.
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