martes, 3 de enero de 2017

HASTA EL ÚLTIMO HOMBRE -RESEÑA-


Mel Gibson regresa como director después de una ausencia de diez años. Esta vez nos entrega Hasta el Último Hombre, película basada en la historia real de Desmond Doss (Andrew Garfield), un pacifista que en la Segunda Guerra Mundial se enlista en el ejército para convertirse en un médico, pero debido a sus creencias se rehusa a llevar y a usar un arma, lo que lo lleva a tener problemas con el ejército. Esta increíble historia real le permite a Gibson explorar uno de los temas recurrentes en todas sus películas: la violencia. Cada una de sus películas está bañada de sangre, por lo que al igual que Tarantino ha sido acusado de glorificar la violencia, yo no comparto esta idea, creo que la violencia forma parte importante de cada película de Gibson y que tiene un sentido específico, soy fan de todas sus películas como director, considero que es un gran cineasta y tiene un punto de vista bastante peculiar.

Hasta el Último Hombre al igual que muchas películas de guerra como Full Metal Jacket y The Deer Hunter divide su historia en dos partes. La primera se centra en la vida de Desmond antes de la guerra, tenemos un par de breves, pero esenciales escenas de su niñez, así como su entrenamiento en el ejército y su constante lucha por defender sus creencias, aunque tenga a todo el mundo en contra. La segunda parte se centra en la batalla de Okinawa de la cual Doss formó parte.

El elenco está conformado por varios actores que han mantenido un perfil bajo por unos años, Sam Worthington, Hugo Weaving y Vince Vaughn juegan papeles importantes y lo hacen de una manera efectiva. Andrew Garfield interpreta al personaje principal Desmond Doss, quien toma la correcta decisión de interpretar a Doss como una persona normal, no se glorifica de más, ni lo interpreta como un santo en vida, su Doss es un hombre que creyó fervientemente en algo, y que lo llevó a sus últimas consecuencias, pero un hombre a final de cuentas.

La primera parte nos permite ver a Doss como persona, los acontecimientos que lo llevaron a convertirse en un pacifista, así como su desprecio por las armas, aún en estas escenas antes de que se desate la guerra, la violencia siempre está presente aunque sea en segundo plano. Aunado a esto, el conflicto que sufre Doss mientras sus compañeros se tornan contra él, así como los constantes esfuerzos por parte del ejército para que Desmond desistiera, se convierten en algunos de los elementos más cautivantes de la película, y nos permite conocer al resto de personajes. Es una exploración interesante sobre la objeción de consciencia, y hasta que punto estamos dispuestos a perseguir nuestras creencias, todos cuestionan los motivos de Doss, pues nadie cree que sus intenciones sean tan puras como parecen ¿Es su ego o su orgullo lo que lo hace mantenerse en su creencia? Y aún los que piensan que Doss en realidad cree firmemente en no usar armas saben que la realidad de la guerra lo va a cambiar, ¿Qué va a hacer cuando sea su vida la que esté en peligro? Uno de ellos es su padre interpretado por Hugo Weaving (en uno de sus mejores papeles en bastante tiempo) un hombre roto por los horrores de la Primera Guerra Mundial (su simple postura nos dice todo lo que debemos saber de este personaje), quien sabe el infierno que es el campo de batalla, y teme por su hijo.

Una vez que llegamos a Japón, la película cambia drásticamente de tono, aunque este cambio está manejado de manera adecuada, primero vemos a los pocos sobrevivientes, y las decenas de cadáveres que van siendo transportados en camionetas, nuestros héroes se dirigen justo al lugar de donde estos cadáveres provienen. Aquí Gibson establece una tensión que es liberada hasta que la batalla comienza. Las secuencias de combate son unas de las más brutales y realistas desde Rescatando al Soldado Ryan, las balas desgarran la piel, la sangre brota a chorros, piernas y brazos vuelan por los aires, la gente grita en agonía, es visceral, pero necesario, pues de otra forma le restaría importancia a los actos heroicos de Doss, la guerra es un asunto desagradable, y Mel Gibson logra que sintamos la brutalidad del campo de batalla. Habiendo dicho esto, Gibson no logra contenerse y termina por glorificar algunas escenas que parecen pertenecer más bien a una película de acción, afortunadamente estas escenas son breves y no rompen con el impacto general de la película.

Por desgracia cerca de su desenlace Gibson pierde un poco de vista su enfoque narrativo, lo que lo lleva a abusar de la cámara lenta, gran parte del último acto está en cámara lenta lo que le resta fuerza narrativa a la película, e impide obtener un adecuado desenlace para tan extraordinaria historia. Por su parte, hay algunas escenas donde los efectos especiales (particularmente el uso de CGI) dejan mucho que desear, aunque esto es más bien un problema de presupuesto y no de Gibson como director.

A Mel Gibson como director le gusta explorar hombres ideales, casi divinos, William Wallace en Corazón Valiente, Cristo en La Pasión de Cristo, y ahora Desmond Doss, sin embargo siempre los pone en contextos violentos, llenos de sangre y sufrimiento, esta yuxtaposición de divinidad con violencia es uno de los aspectos más interesantes de la filmografía de Gibson. Por un lado siempre aspira a la divinidad, pero no puede evitar más que verse rodeado de la sangre y el dolor del mundo real. Sin embargo siempre queda la esperanza de que si te mantienes firme en tus ideales y creencias puedas trascender ese mundo de violencia o al menos darle sentido a la misma.

En conclusión Hasta el Último Hombre es un bienvenido regreso de Mel Gibson como director, quien nos entrega una película visceral, pero de convicciones y de fe. Con un par de grandes actuaciones y secuencias de batalla muy bien logradas es una película poderosa, aunque su desenlace deje que desear.

Título Original: Hacksaw Ridge.
Dirección: Mel Gibson.
Guión: Robert Schenkkan y Andrew Knight.
Elenco: Andrew Garfield, Teresa Palmer, Hugo Weaving, Vince Vaughn, Sam Worthington.
Director de Fotografía: Simon Duggan.
Edición: John Gilbert.
Año: 2016.

Como siempre, si les gusta lo que leen, no olviden suscribirse al blog, darle like a la página de Facebook (Aquí), y también pueden seguirme por twitter en @Isaiaslemus.



No hay comentarios:

Publicar un comentario