He de confesar que la serie documental de Netflix Making a Murderer no llamó mi atención cuando fue estrenada el pasado mes de diciembre, la imagen promocional que mezclaba los rostros de Steven A. Avery cuando era niño y de adulto no despertaba mi interés y creí que se trataba de un documental amarillista o sensacionalista. Pero después Peter Jackson publicó una especie de reflexión sobre la serie y las reseñas generalmente positivas (al día de hoy cuenta con 97% en el sitio Rotten Tomatoes) me inclinaron a darle una oportunidad, después del primer episodio estaba enganchado, y terminé de ver la serie en cinco días (cosa que casi nunca hago).
La serie documental sigue a Steven A. Avery, un hombre que creció en el condado de Manitowoc, Wisconsin, quien fue condenado por violación en 1985, pero después es liberado 18 años después gracias a la prueba de ADN que demuestra que Avery no había sido el culpable. La serie se centra en lo que sucede después de su liberación, y se desarrolla como un thriller legal y un misterio, y termina exponiendo una serie de fallas elementales en el sistema penal de los Estados Unidos de América.
Las 10 horas de duración de la serie son unas de las más cautivantes que he presenciado en televisión mientras vemos a Steven A. Avery enfrentando un nuevo juicio y la búsqueda por la verdad dentro del mimo; y durante todo este tiempo queda una duda en la mente de la audiencia: La policía ya mandó una vez a un hombre inocente a la cárcel ¿lo volverá a hacer?
Este es un programa que de ponerle una etiqueta seria la de "Conciencia social", la serie nos demuestra esta serie de crecientes injusticias y nos pide que por lo menos sintamos algo, expone una serie de fallas en el sistema penal de los Estados Unidos que una vez que han sido presenciadas son difíciles de ignorar.
Uno de mis aspectos favoritos de la serie documental es que mantiene un punto de vista relativamente objetivo (aunque suene irónico) se atreve a no martirizar a Avery, nos muestra cómo siempre tuvo roces con la ley, y cómo distaba de ser un ciudadano ejemplar. También expone como la gente con una educación inferior son "presa fácil" de las autoridades incompetentes o que no está interesadas en buscar la verdad, sino en encontrar un culpable.
Por otra parte, es también la historia de unos hombres que cometieron una serie de errores hace mucho tiempo, y cómo nunca hicieron nada para remediarlo, el pasado juega un papel importantísimo en este documental, hay acciones aparentemente irrevelantes con serias consecuencias a futuro, gente que cometió una mala decisión y las siguió cometiendo por el resto de su vida.
Otro de los aspectos fuertes del documental es la forma en la que está estructurado, pues claramente está construido como una serie, muchos de los capítulos terminan en un cliffhanger, y no sigue un orden cronológico exacto, muchas veces el capítulo terminará en una parte y el siguiente capítulo iniciará con la introducción de un nuevo personaje o una nueva situación.
La fotografía también está muy bien pensada, con el taller de los Avery tomando el escenario principal, hay un sinfín de tomas de los carros rotos que ahí se encuentran y como van cambiando con el paso de las estaciones y eventualmente de los años. La música de Gustavo Santaolalla y Kevin Kiner por su parte añade un toque de tragedia y melancolía a éstas imágenes.
En muchas ocasiones la serie es más emocionante y tiene más suspenso que muchos thrillers de ficción, para los últimos episodios estaba al borde de mi asiento mientras decisiones importantes eran tomadas, pues las vidas de personas reales estaban en juego.
Por su parte es un deleite ver a los abogados defender el caso de Steven A. Avery, Dean Strang y Jerome Buting son como una pareja dispareja, Strang es metódico y calmado, generalmente preocupado por la justicia (y basándome en sus argumentos claramente se ve que estudió a Sócrates en la universidad), por su parte Buting es más agresivo en sus declaraciones, es seco y ácido. Lo bueno es que ambos son excelentes abogados y llevan a cabo una tare monumental, sus alegatos son elocuentes y sus argumentos están claramente diseñados en base a silogismos.
A pesar de todo esto, no fueron pocas las ocasiones en las que sentí enojo al ver el caso de Steven A. Avery en pantalla, pero enojo no fue la única emoción que sentí, hay momentos de confusión, frustración, duda e impotencia, personas que actúan en contra de todo sentido común y decisiones cuestionables.
A final de cuentas la serie nos demuestra como haber nacido en el lugar equivocado, ser miembro de la familia equivocada, las apariencias o la falta de cultura y dinero pueden ser puntos definitivos entre un antecedente penal y ser considerado inocente. La presunción de inocencia aquí no existe, los medios de comunicación son tantos y están tan obsesionados en presentar cada detalle que para el momento en que llega el día del juicio la gente ya está bien decidida si el inculpado es o no culpable. Pero hay algo que se vuelve evidente mientras los créditos del último capítulo pasan: La justicia humana no es perfecta, sin embargo parece haber mucho más que hacer para lograr una mejor justicia, en especial cuando hay vidas en juego.
Sin embargo, esto no es exclusivo de Estados Unidos, en México hay un sinfín de casos similares e inclusive drásticamente más alarmantes como aquel expuesto en el documental Presunto Culpable (similar en temática), o el de la Sra. Esperanza Reyes Aguillón quien por pagar con un billete falso de 100 pesos terminó pasando 2 años en prisión cuando ella desconocía que el billete era falso y debido a su escasa educación y pocos recursos económicos no pudo pagar a un abogado para que la defendiera y el que le tocó de oficio ni siquiera presentó pruebas (que las había) para demostrar su inocencia, estos casos son igual de preocupantes e indignantes que el de Steven A. Avery por lo que no hay que olvidarnos de ellos. Creo que al punto al que quiero llegar es que la justicia es una cosa frágil y que rara vez podemos obtener en este mundo imperfecto, por eso deberíamos luchar por cada acto de "pequeña justicia" que podamos lograr, quizá hoy no, ni mañana, pero algún día alguien lo agradecerá.
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Título original: Making a Murderer.
Directores: Moira Demos, Laura Ricciardi.
Guión: Moira Demos, Laura Ricciardi.
Elenco: Steven A. Avery, Laura Nirider, et al.
Género: Serie documental.
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