lunes, 19 de octubre de 2015

BEASTS OF NO NATION -RESEÑA-




Agu (Abraham Attah) es un niño que vive en un país sin nombre en África, el país está en guerra, pero su pueblo es una zona de paz, donde la guerra no ha llegado, juega con los demás niños y vende objetos para ayudarle a sus papás o para ganarse algo de comida; tiene a su madre quien es muy religiosa; a su padre, quien era un profesor antes de que la guerra iniciara, un hermano que está más interesado en sus músculos e impresionar chicas y a su abuelo quien está mentalmente ausente. La vida de Agu dista de ser perfecta, pero tiene una vida feliz.

Todo cambia cuando la guerra llega a su pueblo, el director, Cary Joji Fukunaga maneja muy bien ésta transición con una tormenta y de repente la vida de Agu cambia por completo, ya que unos soldados los confunden con rebeldes, únicamente Agu sobrevive, huyendo por la inmensidad de la selva. Aquí Agu es "salvado" por un grupo de rebeldes liderado por "El Comandante" (Idris Elba), quien recluta a Agu, le da un arma y lo vuelve en un soldado.

La historia de Agu aquí relatada es un paseo de un sinfín de emociones e imágenes que por más de una ocasión son difíciles de observar, es la historia de un niño que poco a poco pierde su inocencia y en más de una ocasión se ve obligado a hacer actos terribles, el director (Fukunaga) nos muestra estos actos sin compromiso alguno, pero sabiamente encuentra el balance sobre cuando mostrar algo y cuando dejarlo a la imaginación.

Las actuaciones están muy bien logradas, Abraham Attah entrega una actuación sumamente honesta, en especial hacia su conclusión, capturando de buena forma la tumultuosa relación entre Agu y El Comandante, su mirada de incertidumbre, confusión, y por último de impotencia ayuda a llevar su historia de manera creíble. Sin embargo, es Idris Elba quien no sólo entrega la mejor actuación de la película, sino probablemente de su carrera, capturando a la perfección la esencia del Comandante, su presencia en pantalla es simplemente magnética, en un momento entrega un discurso tan convincente que hasta la audiencia seguiría a ese hombre a la batalla. Los niños y sus subalternos quieren cumplir con sus órdenes y complacerlo y no es difícil saber porque, es carismática, parece una estrella de rock con sus lentes de sol y camisa militar desabrochada, se maneja con dignidad y por más de una ocasión es bastante graciosa, sus actos son despreciables por la mayor parte del tiempo, sin embargo es debido a este carisma que uno no puede odiarlo por completo, es una actuación magnífica por parte de Idris Elba.

La cinematografía es algo que presenciar, hay tomas que son simplemente impactantes y de una tremenda belleza que funcionan como una buena yuxtaposición para los actos de barbarie que ocurren. Tomen nota sobre los colores que utiliza la producción, (rojo, amarillo, y verde son colores que juegan un papel fundamental en la película), y cuándo los utiliza, la película está plagada con simbolismos, cada toma vale la pena verla dos veces para captar todos los detalles que contienen, por ejemplo pongan mucha atención a la playera que viste Agua cuando muere su familia. Las escenas están muy bien compuestas y hay varias planos secuencias que se dan un quien vive con aquel famoso de la primera temporada de True Detective (donde también fungió como director Fukunaga), en especial uno que toma lugar en una mina, que recuerda mucho a aquella escena de Apocalypse Now donde los soldados están atrincherados y disparando a enemigos invisibles. De hecho el segundo y tercer acto de la película tienen un aire onírico, como si se tratase de una pesadilla o un mal viaje mientras Agu presencia más como espectador y menos como actor como su vida se hunde más en ese abismo de desesperación, odio y violencia aquí llamado guerra.

El guión (acreditado también a Fukunaga) está muy bien construido, siendo mis partes favoritas la narración de Agu donde frecuentemente dialoga con Dios, y dos discursos que entrega El Comandante.

Y si el mensaje en True Detective es que el tiempo es un círculo plano, creo que el mensaje de Beasts of No Nation debe ser que el odio es un círculo plano que se repite aparentemente hacia el infinito, todo gracias a personas como el comandante que inculcan el odio y un sentimiento de patria erróneo en la mente de los más pequeños, los hombres que confunden la hombría con el machismo y con la mentalidad de guerreros, hombres creando soldados para su propio egoísmo, hombres que devoran la vida de los demás, que únicamente entienden el lenguaje de la violencia. Sin embargo no creo que el título haga alusión a éstos hombres, sino a sus víctimas quiénes son tratados como si fueran bestias sin nación. Sin embargo, y como una especie de milagro, hay esperanza al final.

En conclusión, aunque  no es fácil de ver y pierde un poco de su fuerza cerca del tercer acto, Beasts of No Nation es una película imperdible, la dirección de Fukunaga es muy buena y las actuaciones son magníficas, y la cinematografía es fenomenal, Fukunaga tiene algo muy importante que decir con ésta película y cada cuadro lo refleja, a veces con sangre y a veces con tremenda belleza, ésta es una película poderosa y una de las mejores del año, el único problema serio que tengo con la película es que no pude presenciarla en una pantalla de cine, creo que Netflix debería considerar seriamente su estreno en salas donde claramente una película como éstas pertenece, en especial por esa fenomenal cinematografía, háganse un favor y no la vean en su ipad, busquen la pantalla más grande donde puedan verla, apaguen las luces y experiméntenla.

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Dirección: Cary Joji Fukunaga
Guión: Cary Joji Fukunaga (basado en la novela de Uzodinma Iweala)
Elenco: Abraham Attah, Idris Elba, Emmanuel Affadzi.
Año: 2015.



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