Marvel ha tomado las últimas semanas del verano para estrenar sus películas basadas en comics menos populares, el año pasado lo hizo con Guardianas of the Galaxy y este año es el turno de Antman. Como estoy subiendo esta reseña un par de semanas tarde voy a incluir algunos spoilers, así es que están advertidos.
La trama es bastante sencilla,
Scott Lang (Paul Rudd) acaba de salir de prisión por un “crimen” no violento
que cometió, no le está yendo muy bien, se divorció de su esposa, está
desempleado, duerme en el departamento de su amigo y no tiene custodia de su
hija. Scott no quiere volver a la vida de delincuente, aunque nos dicen que
solo ha cometido un crimen, sus amigos, encabezados por Luis (Michael Peña) lo
presentan como un excelente ladrón por lo que le comentan de un “trabajo” que
es perfecto para su talento. Scott está indeciso, pero por azares del destino
termina aceptando la oferta de Luis, sin embargo, el objetivo resulta ser la
casa del científico Hank Pym y Scott termina hurtando un traje que le permite
encogerse.
El mundo no está en riesgo en
esta entrega de Marvel, sí, hay menciones a Hydra que podría tener mayores
implicaciones, sin embargo, todo se reduce al robo de la tecnología del Dr. Pym
antes de que caiga en las manos equivocadas. La película mantiene el ritmo
ligero y rápido, las secuencias donde Scott tiene que aprender a usar el traje
y comunicarse con las hormigas son bastante entretenidas, en especial la
primera vez que se encoge, de hecho es debido a la naturaleza del “poder” de
Antman que la película tiene un tono algo diferente a la típica película de
Marvel.
Paul Rudd y Michael Peña hacen
sus papeles de maravilla, en especial Peña quien simplemente es hilarante y se
roba todas las escenas en las que aparece. También Michael Douglas hace un buen
trabajo como Hank Pym, el anterior Antman. Desafortunadamente no se puede decir
lo mismo de Evangeline Lilly, quien interpreta a la hija de Pym, Hope van Dyne,
se ve algo acartonada y su personaje tarda un tiempo en volverse identificable.
Las secuencias de acción están
bien ejecutadas, y de nuevo, se ven beneficiadas por la habilidad de Antman de
encogerse, la cual es utilizada en formas interesantes y es explotada al máximo
en la graciosísima batalla final contra el villano Yellow Jacket (interpretado
por Corey Stoll).
Corey Stoll hace un buen trabajo
como el malo de la película, sin embargo su personaje no tiene desarrollo
alguno, y el motivo de su maldad es bastante patético, lo cual es una pena ya
que Stoll demuestra poder ser un gran villano, pero se siente desperdiciado, su
personaje es genérico y nada memorable.
También hay una subtrama que
involucra al nuevo esposo de la ex esposa de Scott que queda sobrando, y es
utilizado arbitrariamente por el director y los guionistas entrando y saliendo
de escenas sin mucho sentido, probablemente víctima de una mala edición.
A fin de cuentas, esta es una película
de Marvel y a estas alturas ya sabemos que esperar, la película es divertida y
el elenco es bastante bueno, las secuencias de acción son inventivas y logra
romper aunque sea por algunos instantes el molde de Marvel, sin embargo se
queda lejos de ser memorable. Disfruté la película, en algunos momentos más de
lo que esperaba, sin embargo siempre quedará la duda en mi cabeza del tipo de
película que Edgar Wright (uno de los drectores más inventivos de su generación,
y quien iba a dirigir hasta que tuvo que abandonar el proyecto por las malditas
“diferencias creativas”) hubiera hecho, sin embargo, la película tal cual como
es, es bastante disfrutable y Paul Rudd demuestra que es un superhéroe más que
capaz.
Elenco: Paul Rudd, Michael Peña, Michael Douglas, Evangeline Lilly.
Dirección: Peyton Reed.
Guión: Edgar Wright, Joe Cornish, Adam McKay, Paul Rudd.
Título original: Antman.
Año: 2015.
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