El spinoff de Breaking Bad ha
finalizado su primera temporada, el clima se ha calmado, he tenido un buen rato
para reflexionar y creo que es una de las mejores series del año. Para quienes
no sepan, el show se basa en Jimmy McGill antes de ser Saul Goodman. Jimmy es
un buen hombre, es un abogado tratando de ganarse la vida en un mundo al cual
aparentemente no pertenece. Tiene su despacho atrás de un salón de belleza
donde apenas y cabe (agenda las citas con sus clientes en cafeterías diciendo
que su despacho está en remodelación), su carro emite enormes bocanadas de humo
cuando arranca y batalla con conseguir clientes. Pero mientras la trama avanza
y conocemos más de cerca a Jimmy podemos observar breves vistazos a su pasado,
antes de ser un abogado, cuando era conocido como Slippin Jimmy un estafador.
Jimmy quiere cambiar, es el tipo de persona que tiene todo en contra y es
constantemente recordad que no pertenece a este mundo, con estas reglas, se
puede ver en sus ojos el anhelo de volver a ser Slippin Jimmy, pero todos los
días se levanta, pone su mejor sonrisa y sale a hacer su trabajo, es nada menos
que admirable. Y la actuación de Bob Odenkirk es fenomenal, no sólo se
demuestra confiado en un papel que se ve conoce a la perfección, sino que
encuentra diferentes matices, la forma en la que entrega sus líneas, los gestos
que hace, y su genial sentido del humor, es una gran actuación.
Y aunque la historia de Jimmy es
suficientemente interesante como para mantener el show, Vince Gilligan y Peter
Gould lo rodean de personajes interesantes, coloridos y muy bien actuados, como
el hermano de Jimy, Chuck, o su vieja amiga Kim, y claro Mike Ehrmantraut, cuya
historia corre prácticamente paralela a la de Jimmy en muchos aspectos claves,
y vemos como se empieza a forjar su relación. Mike, al igual que Jimmy es un
buen hombre atrapado en situaciones adversas, muchas de las decisiones que
toman pueden ser incorrectas, pero como dice Frank Costello al principio de The Departed: “When you’re facing a loaded
gun, what’s the difference?”
Ése es otro punto fuerte del
show, se siente real, los juzgados carecen glamour, la gente no parece sacada
de un catálogo de modelos, suda, sufre y disfruta, el predicamento de Jimmy es
bastante real y es uno con el cual cualquier abogado se puede identificar, se
siente humano, tiene un pulso y es palpable. Y logra eficientemente servir
tanto a los fans de Breaking Bad como
a aquellos que estén entrando a este mundo por primera vez.
El programa también hace
preguntas interesantes, como si en realidad las personas cambian, qué hace que
una persona sea buena y si en realidad podemos escapar nuestro pasado. Todo esto
es analizado de la forma más entretenida e intrigante posible, la narrativa es
fragmentada por momentos y las intenciones de los personajes no son reveladas
del todo, Gilligan y Gould confían en la inteligencia de su audiencia. Y también
Better Call Saul contiene uno de los
momentos más tristes que he visto en el año (no lo voy a revelar, pero es
simplemente devastador y es entregado de la forma más sutil posible.)
La dirección, por su parte, es
excepcional, hay una escena donde un muy enojado Jim sale de un elevador y en
un arrebato de enojo empieza a golpear un bote de basura, la cámara lentamente
se aleja (se encuentra en un estacionamiento), hasta revelar en el extremo
derecho a una mujer rubia, fumando un cigarrillo, es perfectamente simétrico y
es hermoso, escenas como esas abundan en Better
Call Saul y son una muestra más del talento involucrado. ¡Y el guion! Cada episodio
está delicadamente construido, con diálogos interesantes que nos adentran a la
mentalidad de los personajes con la menor exposición posible, por momentos
recordando trabajos de directores como Martin Scorsese o Quentin Tarantino.
En fin, Better Call Saul es uno de los mejores programas del año, es simplemente
excepcional, parece un trabajo que haría un joven Martin Scorsese, Jimmy
comparte algunas similitudes con Henry Hill (el “héroe” en Goodfellas), pero lo que hace que el programa sea tan disfrutable
es el Jimmy de Odenkirk, un personaje carismático y empático que sólo trata de
salir adelante en un mundo que no lo acepta del todo, aquellos que ya vimos Breaking Bad sabemos cómo termina, pero por
un instante Jimmy mantiene la ilusión con tremenda gracia, estilo, y una determinación terrorífica, por un
momento es un héroe.
Better Call Saul no solo es un gran spinoff, es uno de los mejores programas del año.
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