El Dr. Stephen Strange es un neurocirujano exitoso, pero arrogante, quien al sufrir un accidente automovilístico, quedando sus manos dañadas irremediablemente, inicia un viaje que lo lleva a descubrir que su mundo no es el único.
Dr. Strange introduce de lleno la magia con todas sus letras en el MCU, un concepto al que antes le habían sacado la vuelta como en Thor, pero es bueno ver que aquí la aceptan en su totalidad. A su vez es de apreciarse que el multiverso aquí ya es una realidad.
El elenco es bastante robusto con actores de la talla de Tilda Swinton, Rachel McAdams, Chiwetel Ejiofor, y Mads Mikkelsen. Benedict Cumberbatch interpreta al Hechicero supremo, y es perfecto para el papel, aunque al inicio su actuación es muy similar a la que hace en Sherlock, pero cumple en los momentos necesarios. Tilda Swinton, aunque sin dudas uno de los trabajos menos demandantes de su carrera, hace un muy buen trabajo como The Ancient One, tiene la autoridad, paz y misticismo que el papel demanda y es una completa badass cuando es necesario. Por desgracia el resto del elenco están desperdiciados, el villano es unidimensional y completamente olvidable, el arco de Mordo (Ejiofor) es demasiado predecible para mi gusto, y quizá la más afectada es Rachel McAdams, quien no tiene nada más que hacer más que ser el interés amoroso.
El mayor problema de Doctor Strange es que repite muchos de los errores que el MCU ha venido cargado desde sus inicios, sigue la misma fórmula que muchas de las películas de origen de la Fase I, un millonario arrogante que recibe una lección de humildad y se vuelve un superhéroe, un villano olvidable, y por últimos sus personajes femeninos están seriamente desperdiciados, Marvel Studios sigue contratando a estas increíbles actrices: Gwyneth Paltrow, Natalie Portman, y ahora Rachel McAdams, todas ellas no teniendo nada más que hacer, más que ser el interés amoroso, siendo las primeras dos completamente relegadas a simples menciones en las últimas entregas, este (y sus villanos) son los puntos más débiles del MCU y deberían buscar seriamente la manera de remediarlos a la brevedad posible.
A pesar de esto, la película logra diferenciarse lo suficiente para recomendarla gracias a sus increíbles visuales, Doctor Strange es la película más impresionante, visualmente hablando, del MCU, por momentos parece como si Terrence Malick hubiera hecho una película de superhéroes, y la resolución del conflicto principal es una sorpresa agradable.
La dirección de Scott Derrickson es sólida, utilizando cámara en mano principalmente en las escenas de diálogo, y steadycam en las secuencias de acción, normalmente es al revés en este tipo de películas, y la edición es sorprendentemente agradable, está compuesta principalmente por tomas largas y panorámicas que nos ayudan no sólo a comprender todo lo que está sucediendo en pantalla, además nos sirven para apreciar la escala de las secuencias.
Hablando de las escenas de acción, éstas son de las mejores del MCU, Derrickson toma el estilo que usó Christopher Nolan en Inception y lo eleva a la décima potencia, aunque me hubiera gustado que se utilizarán más efectos prácticos que CGI. Y la secuencia final de acción es impresionante.
Habiendo dicho eso, hay una escena donde los visuales decepcionan y es en el accidente que daña las manos del Doctor, esta secuencia está irregularmente ejecutada y por momentos los efectos visuales son más que evidentes, restándole impacto a la secuencia en general.
En conclusión, carga con muchos de los problemas que el MCU viene arrastrando desde hace ya mucho tiempo, sin embargo gracias a unos visuales impactantes y unas secuencias de acción surreales logra aportarle suficiente magia al universo cinematográfico, sin embargo, para una película que profesa abrir la mente y pensar distinto, Doctor Strange lamentablemente se apega demasiado a la fórmula preestablecida de Marvel.
Título original: Doctor Strange.
Dirección: Scott Derrickson.
Guión: Jon Spaihts, Scott Derrickson, C. Robert Cargill.
Director de Fotografía: Ben Davis.
Edición: Sabrina Plisco y Wyatt Smith.
Año: 2016.
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