Muchas películas han tomado la crisis económica del 2008 como la antesala para muchas historias con varios grados de éxito, desde dramas hasta documentales, la gente sigue tratando de explicar y de entender qué es lo que pasó y si pudo haber sido prevenido.
Ahora llega La Gran Apuesta, una película que quizá sea la película no documental más efectiva en explicar qué fue lo que generó esa crisis que dejó a miles de personas sin empleo y de la cual muchos opinan que todavía no salimos. La película inicia en los ochentas explicando cómo fue que se comenzaron a dar éstos bonos hipotecarios y cómo se volvieron uno de los pilares de le economía de Estados Unidos.
Afortunadamente, no todo es cátedra y enseñanza, pues la trama se centra alrededor de cinco y por momentos hasta siete personajes quiénes se dieron cuenta de la inevitable crisis y decidieron apostar en contra. Uno de los mejores atributos de La Gran Apuesta es que es en esencia una comedia negra, mientras nuestros personajes van descubriendo los múltiples niveles ineptitud y ridiculez en el sistema hipotecario, por lo que hay un sentimiento subyacente de absurdez en toda la película.
Adam McKay quien estuvo detrás de películas como Anchorman y The Other Guys entrega lo que es en mi opinión su mejor trabajo como director, el tema se siente personal para McKay, casi toda la película está grabada con cámara en mano, y contiene múltiples zooms a manera de documental para reforzar un sentimiento de autenticidad y veracidad con la información presentada en pantalla.
La película busca tanto sentirse auténtica y confirmarle a la audiencia que los hechos presentados son ciertos que muchas veces los personajes rompen la cuarta pared para confirmar qué sucedió y cómo sucedió en la vida real, esto muchas veces por parte el personaje de Ryan Gosling, Jared Venett, nuestro narrador principal. En otras ocasiones, ya sea por medio de texto en pantalla, o a través de varios cameos como Margot Robbie tomando un baño de burbujas la película rompe su ritmo para explicarnos el significado de muchas términos financieros, esto es admirable pues la producción claramente está interesada en que la audiencia entienda por fin el significado de muchos términos que se mencionan cuando se habla de la crisis económica del 2008. Sin embargo, esto también opera en detrimento de la película, pues muchas veces éstas interrupciones rompen con el ritmo de la película, o hay veces en la que la pantalla se sobrecarga de información, muchas de estas técnicas funcionarían mejor en una película documental.
Dejando estas inconveniencias de lado, la película es completamente disfrutable, el elenco es impresionante con actores como Christian Bale, Ryan Gosling, Steve Carell, Brad Pitt, Melissa Leo y Marisa Tomei, todos haciendo un gran trabajo, aunque algunos de ellos solo aparezcan por algunos minutos. La película se centra principalmente en Mark Baum (Steve Carell), Michael Burry (Christian Bale), y Jared Venett (Ryan Gosling).
Pero son Steve Carell y Ryan Gosling quienes entregan mis actuaciones favoritas de la película, Carell principalmente como Mark Baum quien cada día pierde más la fe en el sistema (debido principalmente a un trauma de su pasado) y quien es sin duda el corazón emocional de la película, es fácil empatizar con Baum y su odisea por un camino cada vez más pscuro, Baum se rehusa a reducir a las personas en números o en dinero, y una conversación que sostiene con un financiero llamado simplemente como Mr. Chau es particularmente indignante, y Carell captura a la perfección estas emociones, podemos ver la ira en su semblante y finalmente la resignación en sus ojos en los últimos momentos de la película. Debido a esto, que el Jared Venett de Ryan Gosling es un gran contrapeso para el personaje de Carell, pues es un cínico banquero que ve una oportunidad y la aprovecha para obtener un grande y gordo bono, Venett no tiene ningún problema en tratar a los demás como basura, insulta a sus asistentes y no dejará que nadie entre al baño si necesita mantener una conversación privada y es uno de los personajes más graciosos de la película.
Por su parte, hay un innegable sentimiento apocalíptico en toda la trama, McKay inserta varias frases del fin del mundo mientras la gente ve programas de entretenimiento y realities ignorando lo que se avecina. Y una vez que todo ha concluido queda un cierto sabor amargo pues parece estar todo condenado a repetirse. McKay nos invita a prestar más atención la próxima vez, quizá podamos evitar que esto suceda de nuevo, como la película bien lo demuestra siempre hay indicadores de un desastre financiero, el impacto que tuvo la crisis económica del 2008 fue debido a que todos estaban seguros que la gente pagaba sus hipotecas y que nunca dejarían de hacerlo, por lo que créditos cada vez más riesgosos se convirtieron en uno de los pilares de la economía de E.U.A., ¿Qué no es lo mismo que nosotros hicimos con el petróleo? ¿No lo convertimos en el fundamento de nuestra economía en la creencia de que la probabilidad de que se depreciara era muy baja? Ahora el petróleo se deprecia de forma alarmante, ¿No deberíamos poner más atención en esto?, pero divago.
A final de cuentas este es sin dudas el trabajo más sensible de Adam McKay, y por mucho mi película favorita de las que ha hecho, aunque algunos elementos rompen con el ritmo de la trama y en contadas ocasiones la información en pantalla es abrumadora, es una película muy recomendable sobretodo si se quiere entender qué es lo que llevó a la crisis económica del 2008, y una que nos invita a poner más atención para evitar que esto vuelva a suceder.
Título original: The Big Short.
Director: Adam McKay.
Guión: Charles Randolph y Adam McKay, basado en el libro de Michael Lewis.
Elenco: Steve Carell, Ryan Gosling, Christian Bale.
Año: 2015.
Y como siempre, si les gusta lo que leen, no olviden suscribirse, también pueden seguirme en twitter por @isaiaslemus.
No hay comentarios:
Publicar un comentario