Dunkerque en papel parece ser la película más diferente en la filmografía de Christopher Nolan, y en parte lo es, pero mantiene todos los atributos esenciales de su director, y puede que sea la experiencia más cinemática que ha entregado a la fecha. El diálogo es mínimo, al grado de parecer una película muda, esta es una historia contada principalmente en sus imágenes y sonidos.
Desde el inicio el director establece las reglas de su película de una manera sencilla, el texto inicial nos comunica que los Aliados (en este caso, los Franceses e Ingleses) se encuentran rodeados en la playa de Dunkerque, y se nos indica que tenemos tres líneas de tiempo distintas: la primera es el Muelle, la segunda el Mar, y la última el Aire, cada una con un lapso de tiempo específico, una semana, un día y una hora respectivamente.
La trama se enfoca en los esfuerzos realizados tanto por el ejército como por los civiles para sacar a los soldados de la playa de Dunkerque y llevarlos a casa. Es una lucha constante por la supervivencia, las bombas caen del cielo, en el mar los torpedos hunden los navíos y en el aire los cazas derriban los aviones. Es aquí donde Christopher Nolan consolida su lugar como uno de los maestros del suspenso, Dunkerque es una cátedra en cómo generar y sostener la tensión, acciones tan simples como llevar una camilla a un barco se vuelven en tareas de vida o muerte, hay un sentimiento de amenaza constante, a diferencia de la mayoría de las películas de guerra, Dunkerque no está tan enfocada en los horrores de la misma, sino en la terrible espera que viene antes de éstos terribles acontecimientos, la incertidumbre, cada momento puede ser el último. Aquí el soundtrack de Hans Zimmer realmente brilla, mezclando la tensión incesante con momentos esporádicos de calma y belleza, que combinados con el diseño y la edición de sonido (ambos verdaderamente impresionantes) elevan el efecto de las imágenes en pantalla.
Pero Dunkerque es mucho más que una película de supervivencia o de guerra, pues como las mejores películas del género, más allá de tratarse de la guerra, se trata de la naturaleza humana, lo bueno y lo malo, lo feo y lo bello. La estructura, inusual para una película del género, es una herramienta esencial de la historia y su mensaje, personajes que toman decisiones de vida o muerte en el lapso de segundos que pueden salvar o condenar la vida de los demás, actos que sin saberlo están conectados, cuyas consecuencias pueden no ser inmediatas, pero instrumentales para su desenlace.
A pesar de compartir muchos de los elementos esenciales de todas sus películas, aquí Nolan explora técnicas que rara vez usa, como un constante uso de la cámara en mano, enfoque superficial, y una cinematografía que evoca el trabajo de Terrence Malick. Por su parte, la edición de Lee Smith (quien ha editado todas las películas de Nolan desde Batman Inicia) es destacable, muchas veces contrastando escenas en lugar de unirlas, con resultados bastante efectivos.
El elenco también está muy bien pensado, los soldados varados en la playa están interpretados por actores prácticamente desconocidos, mientras que en el alto mando y algunos personajes clave tenemos actores de renombre como Kenneth Branagh, Tom Hardy, Mark Rylance y Cillian Murphy.
Como aspecto negativo únicamente está su clasificación que en pocas ocasiones limita el impacto de algunas escenas, pero aún así es destacable lo que Nolan y su equipo de producción aquí han logrado.
En conclusión, Dunkerque es una película monumental, impecable en cada uno de sus apartados y cuya inusual estructura es instrumental para su mensaje, ofrece miles de razones por las cuales las películas deben ser experimentadas en una sala de cine, con una audiencia; y forma otra excelente adición a una impresionante filmografía.
Título Original: Dunkirk.
Dirección: Christopher Nolan.
Guión: Christopher Nolan.
Elenco: Fionn Whitehead, Aneurin Barnard, Mark Rylance, Kenneth Branagh, Tom Hardy, Cillian Murphy.
Cinematografía: Hoyte Van Hoytema.
Edición: Lee Smith.
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